A lo largo de los artículos anteriores hemos visto como las medidas tomadas en cuestiones de filosofía de vida o la cultura en general, tendrán a futuro un grave efecto sobre el pesar de la economía.
Una proliferación de la anti natalidad viene dándose creando un panorama de nulo crecimiento, o mejor dicho «sustentable». La guerra entre otras cosas expuso una nueva realidad, el peso de la cultura sobre el desarrollo de la población, como ante las crisis, las tribus se achican a su mínima expresión, el multiculturalismo fracasa.
EEUU: La corte suprema anuló el fallo que garantiza el derecho al aborto.
La cuenta regresiva ya empezó, así como lo planteamos en el artículo de arriba, la población actualmente más que un control necesita un estímulo para seguir creciendo. Entra en juego la siguiente pregunta, ¿preferirías pasar hambre o no poder abortar? ¿Qué elegirías? Esa es la gran interrogante que se está debatiendo hoy en día.
Varios países europeos ante la decisión tomada por EE.UU. están considerando seguir esos pasos.
La guerra en Ucrania; sumado a los efectos de las cuarentenas, generó una crisis de proveeduría, un cuello de botella que no está pudiendo ser resuelto de manera pronta. Estamos enfrentándonos actualmente al riesgo de una hambruna global, con escasez de commodities de todo tipo.
Tras el inicio de la guerra, Ucrania perdió gran parte de los cultivos de trigo, y quedaron varados 20 millones de toneladas de trigo en los puertos ucranianos. Esperando ser exportados lo cual hizo subir vertiginosamente el precio. Actualmente, Europa se encuentra transportando de manera terrestre este cargamento; lento, pero aumentando la presión bajista sobre el precio.
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Esta situación es bastante delicada, la deuda global actualmente se sitúa en los 300 billones de dólares, y la suba de tasas está impactando negativamente en la economía.
La inflación elevada sumado al nulo crecimiento de la economía propiciarían la tormenta perfecta para una estanflación. Situación en la cual veríamos como sube todo debido a una perdida de poder adquisitivo más que debido a un crecimiento de la salud económica global.
Escenario perfecto para estimular una adopción crypto. Podríamos ver que, ante la necesidad de un aumento de la eficiencia en el cobro de impuestos, instrumento necesario para posibilitar el pago de las deudas, podríamos ver una implementación de las cryptos, partiendo de la regulación de las stablecoins.
Una regulación de las cryptos permitiría una implementación de esta tecnología en toda la economía. Generando un aumento en su volumen de negociación y en su capitalización de mercado nunca antes vistos.
Conclusión
Momentos hostiles nos rodean, quizás el fin de este bull market que tiene ya 50 años, quizás el inicio de una nueva era «cryptonizada», el mercado nos demostrara nuevamente quienes somos. Será un momento para invertir y para aprender de nuestros errores, una interesante movida para quienes se animen a explorar estos mercados, ¿estás preparado?
