Uno de los acontecimientos más importantes de este año, es la caída de Kabul, capital de Afganistán, en manos de los Talibanes. Con esto concluye en un fracaso estrepitoso la época de 20 años de ocupación militar del país por parte de ejércitos occidentales. Los deseos de imponer un gobierno a imagen y semejanza de las potencias de la OTAN se esfuman definitivamente en esa nación.
Este lunes, las milicias islámicas entraron en el abandonado palacio presidencial y festejaron su retorno al poder luego de ser removidos en 2001. El vocero del grupo Talibán, Suhail Shaheen, afirmó a Reuters que el nuevo gobierno sería de consenso y unidad. En otras palabras, afirmó que se conformaría un gobierno islámico abierto e inclusivo.
De esta manera, se reinstala el califato islámico de tendencia sunita y se abre una nueva época que podría ser de grandes problemas para la región. En lo económico, sus vecinos podrían ser los primeros en sufrir las consecuencias. Entre ellos, se destaca Irán, país islámico de tendencia chiita. Asimismo, sobresale Pakistán, país que no atraviesa un buen momento en lo que respecta a deuda pública.
¿Qué significa la caída de Kabul para la estabilidad económica de la zona?
La caída de Kabul es un hecho que cogió a muchos por sorpresa. Sin embargo, las altas esferas de Estados Unidos y la OTAN, ya poseían informes de que la derrota militar se aproximaba. De este modo, la retirada apresurada fue un resultado que desmorona la credibilidad de los países occidentales.
Las comparaciones con la derrota militar del país norteamericano en Vietnam en 1975 son inevitables. No obstante, ahora parece que las dimensiones y las consecuencias son mayores. En aquel entonces, la toma de Saigón por parte de las tropas comunistas, no destruyó la capacidad de Estados Unidos en Asia hasta el ascenso imparable de China.
Ahora, la toma de Kabul por los talibanes, se traduce en la derrota casi total de la capacidad de maniobra norteamericana en la zona. Las consecuencias de la retirada occidental, tendrán un fuerte impacto en la economía de la zona. Entre los afectados, aparte de Irán y Pakistán, se encuentran otros países como Rusia y China.
Si la caída de Kabul resulta en la intensificación del tráfico de opio y en el financiamiento de grupos extremistas en los países vecinos, la inestabilidad económica está garantizada. Pero no solo en esa lejana región se sentirían las repercusiones. Incluso en Europa habría coletazos de la crisis afgana.
En otras palabras, los refugiados podrían contarse por millones. Muchos de los cuales irían a parar en Pakistán y Europa. En menor proporción buscarían destino en Irán e Iraq.
El asunto de los refugiados
Como ya se resaltó, Europa no estaría exenta de sufrir las consecuencias de la reinstalación del califato Talibán en Afganistán. Es se debe, principalmente, al flujo de refugiados que podrían dirigirse a Turquía.
En ese sentido, se debe tener en cuenta que el tema de los refugiados ha sido un negocio lucrativo para Turquía. El gobierno de ese país, liderado por Recep Tayyip Erdogan, se ha valido desde hace años de la crisis migratoria para «extorsionar» a la Unión Europea.
En palabras sencillas, Ankara solicita dinero a los países europeos para mantener a los migrantes. De no recibir las cantidades demandadas, amenaza con abrir la puerta a los refugiados hacia el continente europeo. Esta jugada, ha permitido que la Lira (moneda nacional turca), gane importante apreciación en el mercado internacional.
Por su parte, la caída de Kabul estaría lanzando millones de personas hacia Pakistán, un país en graves problemas de deudas. En estos momentos ese país se encuentra en medio de un programa de endeudamiento de $6 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Con esos fondos, Islamabad persigue pagar su deuda pública cercana al 90% de su Producto Interno Bruto (PIB).
Hasta ahora, el flujo de refugiados afganos a ese país, se calcula en unos 400.000. Este último dato, corresponde a la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.
Los lazos con Al-Qaeda
Un aspecto que trae bastantes preocupaciones a los mercados, entre ellos al de Estados Unidos, son los lazos del Talibán con Al-Qaeda. Se debe tener en cuenta que este último grupo está en la lista de organizaciones terroristas. Aunque algunos guardan la esperanza de un gobierno talibán moderado, otros analistas creen que los lazos con Al-Qaeda siguen siendo fuertes.
Con respecto a este punto, el portal Ahram Online considera que la política ideológica talibán no es reformable. «Para empeorar las cosas, los talibanes no cortaron sus lazos con Al-Qaeda. Esperar que lo hagan, ya sea hoy o en el futuro, se trata de una ingenuidad política», afirma Hussein Hardy, autor del citado post.
Los impactos en la economía de Estados Unidos, por tanto, podrían ser mayores de los que se podría pensar. Principalmente, se debe tener en cuenta que el país norteamericano gastó billones de dólares durante los 20 años de ocupación.
De acuerdo a Market Watch, el impacto de la caída de Kabul en los mercados norteamericanos, está por verse. Esa es la opinión de J.J. Kinahan, consultado en ese portal. «En lo que respecta a los mercados, tendremos que esperar y ver las implicaciones a largo plazo», subrayó.
Sin duda alguna la política internacional sigue movienose como un gran tablero de ajedrez, dónde los intereses de las grandes corporaciones militares y civiles juegan un papel preponderante en la vida de millones de seres humanos en el mundo, vidas desgarradas, familias destruidas, infancias mutiladas, mientras países cono estados unidos y sus ricos amasan grandes fortunas con el juego de la guerra.
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