La onza de oro cotiza a $1.772, luego de una caída de poco más del 14% desde el máximo histórico de $2.075. Cuando realizamos un análisis general de la caída del oro, nos damos cuenta de que la extensión del desplome está siendo provocada sin duda alguna por las altas expectativas de una recuperación económica.
Ya son varias las vacunas que han demostrado tener una alta efectividad, lo que está provocando que los inversores se están volcando a los activos de riesgo con las esperanzas de que la pandemia tenga su fin pronto.
Como consecuencia, está saliendo capital del mercado del activo refugio por excelencia, prolongado una caída que parece no conseguir fondo de momento. Hace pocas horas el metal dorado acaba de alcanzar su precio más bajo en 5 meses.
Los inversores se están moviendo hacia otros activos en busca de ganancias más rápidas. Sin embargo no olvidan que los bancos centrales seguirán imprimiendo dinero por un largo tiempo para ayudar a la economía, a recuperarse de la crisis provocada por la Pandemia.
El positivismo que está generando las noticias de las vacunas también está provocando salidas de posiciones en el dólar estadounidense y en los bonos del Tesoro.
El caso del USD es más decadente, pues hablamos que se encuentra en su punto más bajo en dos años y medio. El dólar se encuentra envuelto en una fuerte tendencia bajista para nada comparable con la del oro como lo veremos a continuación.
La tendencia a largo plazo del oro aún es alcista
Cuando realizamos un análisis de la caída del oro, notamos que no es más que un proceso correctivo, saludable además. La corrección parece estar en busca un nivel de retroceso óptimo en el 61.8% de Fibonacci.
Esto quiere decir que aún el oro debería caer un poco más, aproximadamente hacia los $1.690. Allí probablemente la media móvil simple de 18 meses funcione como soporte dinámico.
Los precios de descuento probablemente incentivarán nuevas compras que confían en las tendencias mayores del oro, y saben que mantendrá su posición como valor refugio. Gracias a ello el proceso correctivo tocará fondo, y un nuevo máximo histórico estará siendo buscado.
Análisis de la tendencia a mediano plazo
En el gráfico semanal observamos una clara dirección bajista, apoyada por las medias móviles EMA de 8 y SMA de 18 semanas cruzadas de forma descendente.
Con el quiebre del soporte en los $1.861, el terreno para los osos quedó despejado hasta los $1.747, objetivo que está siendo buscado. Más abajo el siguiente soporte está en los $1.683.
Es probable que un respiro alcista esté por ocurrir, pero no será más que un retroceso antes de seguir cayendo.
Evidentemente los osos tienen el control a corto plazo, y a pesar de que buenas oportunidades de venta pueden estar ocurriendo, en cualquier momento los toros que defienden las tendencias mayores pueden sorprendernos.
Todas nuestras publicaciones son de carácter informativo, por lo que en ningún caso deben ser acatadas como asesoramientos de inversión.
