En los últimos meses Bitcoin se ha convertido en la estrella de los mercados financieros globales, gracias al importante aumento vivido en su precio y su adopción por grandes instituciones financieras. Pero al mismo tiempo que grandes empresas de inversiones prestan atención al mundo de las criptomonedas, también lo hacen grupos de defensa del medio ambiente. Por ello, hoy te explicamos por qué los ambientalistas quieren destruir a Bitcoin.
Bitcoin y la energía eléctrica
Una dura realidad para todos los miembros de la cripto comunidad, es que Bitcoin es un activo que consume una cantidad exagerada de energía eléctrica. Esto se debe al mismo funcionamiento de la criptomoneda, la cual trabaja con un método Proof of Work para la ejecución de transacciones. Lo que significa que para que una operación sea realizada en la Blockchain de Bitcoin, los mineros deben resolver complicadas operaciones matemáticas que permiten la inclusión de la transacción en un bloque de la cadena.
El problema con este método es que, a medida que la Blockchain de Bitcoin se expande, va aumentando también la dificultad de las operaciones matemáticas de la minería BTC. Lo que significa que, a diferencia de los primeros días de la criptomoneda, cuando la minería podía llevarse a cabo simplemente con un ordenador de escritorio. Hoy en día se requieren equipos especializados con el poder de cómputo suficiente para ejecutar las transacciones.
Estos equipos, aunque eficientes para realizar el proceso de minería, son grandes consumidores de energía eléctrica. Por lo que, a medida que la criptomoneda se vuelve más popular, y por tanto un mayor número de personas participan en su minado. La cantidad de energía necesaria para mantener funcionando la red de Bitcoin crece. Llegándose a la situación actual en que el consumo eléctrico de la Blockchain de Bitcoin es mayor que el consumo eléctrico de Chile. Alcanzando los 77,78 terawatts/hora por año, y desatando la furia de grupos ambientalistas.
El plan ambientalista para destruir al cripto mundo
Este desperdicio de energía eléctrica ha causado malestar entre grupos de activistas por el medio ambiente. Para quienes el hecho de que una transacción de Bitcoin gaste tanta energía como 700.000 operaciones de tarjetas de débito, es un despropósito. Especialmente para una moneda virtual considerada por muchos hackers ambientalistas como un simple juego de azar, un casino especulativo que daña al planeta mientras sigue funcionando. Llegándose a llamados como los de Franck Leroy para destruir Bitcoin:
El Bitcoin es el peor desperdicio de recursos y energía de la historia de la humanidad. Se utiliza únicamente para la especulación financiera, sin ninguna utilidad genuina. Este es un llamamiento a los hackers éticos: a través de ataques informáticos selectivos y repetidos, podríamos socavar la confianza de los especuladores y reventar esta burbuja financiera irracional y destructiva.
Franck Leroy
Así, Franck Leroy le propone a los ambientalistas que quieren destruir Bitcoin dos vías. Por una parte, difundir el mensaje de la insostenibilidad de BTC, debido a las debilidades estructurales en su funcionamiento, minando así la confianza de los usuarios en la moneda virtual. Y por otra, la realización de ataques masivos contra los flancos expuestos del cripto mundo, incluyendo las pools de minería, exchanges, interfaces de wallets, y la creación de miles de transacciones falsas de Bitcoin para colapsar la red.
Con este plan, si finalmente hackers ambientalistas se coordinaran para atacar Bitcoin, efectivamente la infraestructura del cripto mundo podría verse severamente comprometida. Esto sin necesidad de atacar directamente la Blockchain que permite el funcionamiento de la criptomoneda. En lo que, aunque no deja de ser solo una idea por ahora, podría volverse la mayor amenaza que haya presenciado alguna vez el cripto mundo.
