El poco interés de los inversores en los activos de reserva, se convirtió en una constante desde 2020. Pero no fue sino hasta 2021 cuando esto trajo los peores números para el Oro, cuyo rendimiento fue el más bajo desde 2015. Asimismo, la causa del bajo interés en el metal dorado tuvo su origen en el boom de los principales índices y el buen desempeño de los activos de renta variable.
Este hecho motivó a que el precio de los lingotes cayera en 4% en el lapso completo del año 2021. Debe destacarse que el crecimiento de este activo durante los dos años anteriores había sido de 48%. Sin embargo, como ya se resaltó, en 2020 empezaron a manifestarse los primeros problemas. El otro aspecto que redujo el interés en las reservas de valor, fue la acelerada recuperación económica mundial del año recién concluido.
2022 parece que no será muy distinto para este metal, teniendo en cuenta que los principales bancos centrales del mundo se preparan para remover las medidas de pandemia. Por ejemplo, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció a mediados de diciembre el aumento del ritmo de los recortes al programa de compra de deuda. Simultáneamente, anunció que habrá una o dos subidas de las tasas de interés.
Rendimiento del Oro y su relación con otros activos
El rendimiento del Oro no fue el mejor durante el año pasado, lo mismo se puede decir de otros activos que se desempeñan como refugio. La plata, otro de los metales considerados tradicionalmente como reserva de valor, también va a la sombra del Oro en mal desempeño. Aparte de los factores mencionados arriba, se cuenta la aparición de competencias como las monedas digitales.
Esta última, es la opinión de Peter de Coensel, CEO de DPAM, para quien el Oro y la Plata durante los últimos años vienen perdiendo su papel como activos en los que refugiarse. «Existe un exceso de oferta, a lo que se suma, por ejemplo, el auge del Bitcoin como competidor para la diversificación de las carteras», expresó a El País.
Para otros analistas consultados en el mismo medio, la Plata tiene mejor prospecto que el Oro. En ese sentido, Morgane Delledonne, de GlobalX, afirma que el metal dorado no tiene ninguna utilidad real y lo califica como «una cobertura imperfecta». Resalta que, aunque «pudiera ser una buena cobertura frente a la inflación, normalmente se compra por tiempos cortos. Esto implica que se debe acertar a comprar en el momento adecuado, lo cual es muy difícil».
Similar opinión expresa Javier Molina de eToro España, afirma que, a diferencia del Oro, el rendimiento de la Plata es de mayor utilidad. «Me sirve como refugio y tienen una demanda asegurada por parte de la joyería. Pero también se utiliza como componente en la industria solar y fotovoltaica», subrayó.
La inflación no fue suficiente para impulsar el metal dorado
Desde que la sociedad humana comenzó a comerciar utilizando el Oro como equivalente general, este metal tiene su puesto supremo. Prueba de ello, es que se mantiene de lejos como el activo con mayor capitalización de mercado del mundo con $11.6 billones de dólares. El segundo lugar lo ocupa Apple con $2.9 billones.
Desde la década de 1970 su papel como cobertura frente a la inflación se consolidó de manera importante. Según el World Gold Council, la rentabilidad promedio del metal es de 15% cuando la inflación supera el 3%. Sin embargo, la inflación en Estados Unidos superó dos veces esa cifra según el último informe del Departamento del Trabajo del mes de noviembre.
Ante esta desproporcionada subida de la inflación, el rendimiento del Oro no se ajustó al promedio, cosa muy distinta se puede decir de Bitcoin. La moneda digital durante 2021 tuvo una subida de 65%, mientas otras como ETH y Solana tuvieron desempeños impresionantes de 400% y 13.000% respectivamente.
Para los defensores de estos últimos activos, la tecnología viene a bajar el interés en los metales y abrir un abanico de mejores y nuevas posibilidades para los inversores. En otras palabras, consideran que el metal dorado está entrando en lo que será una constante etapa de obsolescencia cuya duración dependería del ritmo de crecimiento de la adopción de Bitcoin y otras monedas virtuales.
¿Qué se espera para 2022?
La variante ómicron del Covid-19 se perfilaba como una prolongación de la pandemia, lo cual beneficiaría al Oro. No obstante, los últimos estudios indican que la misma probablemente no tiene el mismo nivel de peligro de la Delta. Esto se traduce en que el ritmo de levantamiento de las medidas de emergencia continuará, lo que frenaría la inflación.
De ese modo, el rendimiento del Oro, que fue bajo con una inflación cercana al 7%, podría ser peor si esta vuelve al objetivo de la FED de 2%. Para marzo, se espera que se cierre definitivamente la compra de bonos del Tesoro por parte del banco central estadounidense. En consecuencia, la manipulación del mercado de bonos llegará a su fin junto con el exceso de liquidez. En tanto, se espera que la subida de las tasas de interés dé fortaleza al USD.
Por otro lado, se puede decir que el Oro podría ver algunas posibilidades de generar buenos rendimientos. Entre estas, se podrían contar los errores de la FED en el momento crítico del tapering y el aumento de los tipos de interés. Si esto último provoca que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se mantenga al alza, el metal dorado podría ver un importante impulso. Otro factor, podría ser la agudización de las tensiones geopolíticas.
La misma suerte que acompañe al Oro en 2022, podría acompañar también a la Plata, al Paladio, al Platino y otros activos de reserva.