Este miércoles, la Oficina de Asuntos Laborales de Estados Unidos publicó el esperado informe del índice de precios al consumidor (IPC) en ese país. En ese sentido, en el último año que terminó en abril, es decir, interanual, la inflación bajó al 4,9%.
Se trata de la primera vez que el IPC se coloca por debajo del 5% en 2 años. Aunque se trata de un retroceso significativo y que se puede calificar de positivo, todavía está lejos del objetivo del 2% del banco central. De igual modo, el retroceso estuvo en línea con las expectativas de los expertos de Wall Street.
Asimismo, se trata de un retroceso en comparación con la cifra año tras año del pasado mes de marzo. En ese entonces, los precios se colocaron en 5,0%. De tal manera, las políticas de la Reserva Federal muestran sus efectos en la cantidad que pagan los consumidores por los bienes y servicios.
El ritmo interanual de la inflación baja, pero no lo suficiente
Aunque la cifra interanual de la inflación está en una línea evidente hacia la baja, eso no parece suficiente. Aparte de estar muy por encima del objetivo de la Fed, el ritmo es desesperantemente lento en comparación con la agresividad de las medidas del banco central para contener los precios.
Durante más de un año, las autoridades aplicaron fuertes medidas monetarias, (una decena de subidas de tipos) para frenar los precios. Esas medidas hicieron mella en los mercados financieros y en la capacidad de compra de los hogares. Incluso afectaron el crecimiento económico fuertemente en 2022.
Durante este primer trimestre, el PIB se ralentizó hasta el 1,1%. Frente al enfriamiento en sectores particulares, la inflación parece más dura de lo deseado. La razón de ello podría ser la fortaleza que todavía mantiene el mercado laboral.
Solamente en abril, se agregaron 253.000 nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos. Además, se experimentó un crecimiento del promedio del salario expresado en pago por hora. Ese empuje del sector trabajo es una de las razones para que la inflación interanual no adopte el camino hacia la baja.
El posible frenazo de la política monetaria
Hace una semana, luego de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se conoció un nuevo aumento de la tasa de interés. Del mismo modo que todas las subidas desde diciembre, esta fue de 25 puntos básicos, lo que dejó en 5%-5,25% la tasa de fondos federales.
Esta alta tasa dificulta el acceso de las empresas a los créditos y provoca una drástica disminución de los ingresos. Asimismo, la crisis bancaria que inició en marzo y que este mes dio un fuerte coletazo, también llevó a que muchos bancos disminuyeran la oferta de créditos.
Ese panorama negativo aumenta las apuestas de que la Fed anunciará una paralización de las subidas de tipos. La próxima reunión del FOMC será a mediados de junio y, antes de ella, las autoridades verán un nuevo informe de inflación interanual y si es a la baja, el freno podría estar asegurado. Sin embargo, si los precios dan una sorpresa, es posible que se apliquen subidas adicionales del precio del dinero.
De cualquier manera, la situación en Estados Unidos parece rústica para las autoridades, pero sobre todo para empresas y hogares. A todo esto, se suma el asunto del techo de la deuda, el cual está a escasos 20 días de llegar a un desenlace. Hasta ahora, no existe un acuerdo de aumento del tope de endeudamiento fiscal y la economía corre peligro de un default. Aunque es poco probable que eso ocurra, la mera mención de ese tema causa estrés en la economía.
