En las principales emisoras de radio de Estados Unidos, sonaba «Ebony and Ivory» de Paul McCartney y Stevie Wonder, se trataba del hit del momento. Corría el año 1982 y Diego Armando Maradona comenzaba a mostrar su magia al mundo. También fue la última vez que el índice de inflación alcanzó el ritmo de crecimiento que tiene actualmente.
Este viernes, el Departamento del Trabajo de ese país norteamericano publicó su informe mensual sobre el índice de precios al consumidor (CPI). En el mismo, correspondiente al mes de noviembre de 2021, la inflación toca un tope de 6.8%, el cual está por encima de los ya pesimistas estimados. Cabe destacar que esta crecida sobre bases anuales es en comparación al mismo mes del pasado año 2020.
Por otro lado, se resalta que el core inflation, es decir, el índice inflacionario excluyendo los precios de energía y alimentos, se ubicó en 4.9%. Este último sí correspondió con los estimados y es el más alto desde 1991. Así, el principal agregado a la inflación durante ese último mes, fueron los precios inmobiliarios, energía y la escandalosa subida de los precios de los alimentos.
¿Qué pasos dará la FED tras esta subida del índice de inflación?
Teniendo en cuenta esta dramática subida en el índice de inflación en la principal economía mundial, el cual alcanzó el 6.8%, ahora las miradas se posan sobre la FED. El balón está en el campo de la Reserva Federal, la cual deberá tomar importantes decisiones en su próximo encuentro esta semana.
Debe tenerse en cuenta que los días 14 y 15 de diciembre, las autoridades financieras estadounidenses se verán nuevamente las caras. Parece un momento propicio para una revisión de los planes acordados durante los últimos encuentros. De acuerdo a estos, para finales de noviembre comenzaría la etapa de recortes (tapering) a los subsidios de pandemia.
El programa de rescate económico constaba de la compra de bonos del Tesoro y respaldos hipotecarios por valor de $120.000 millones de dólares mensuales. Al mismo tiempo, las medidas se complementaban con la baja de las tasas de interés, las cuales fueron llevadas a una cifra cercana a cero. Estas medidas sirvieron para evitar el colapso económico. Sin embargo, el efecto secundario es la inflación la cual se acrecienta al mismo tiempo que la recuperación económica.
Durante 2021, el levantamiento de las medidas de confinamiento, permitió el repunte económico. Paralelamente, el índice de inflación comenzó a subir de manera acelerada y ahora en noviembre alcanzó el 6.8%, un récord de casi 40 años.
Los principales impulsores
Como ya se resaltó, los principales impulsores de esta crecida histórica del IPC en Estados Unidos, son los precios de los alimentos y la energía. En ese sentido, el precio de la energía, desde noviembre de 2020 experimentó un crecimiento de más de 33%. Solo en el mes de noviembre la escalada fue superior al 3.5%. Se trata de números que por su gravedad pueden calificarse como escandalosos.
En lo concerniente a los precios de la gasolina, esta se incrementó en más de 58% desde el mismo plazo de noviembre de 2020. Esto último está directamente relacionado con los altos precios del petróleo y la negativa de la OPEP+ de aumentar la producción de ese recurso natural no renovable para estabilizar el mercado.
En consecuencia, esta fue la tormenta perfecta que permitió que el índice de inflación alcanzara la cifra de 6.8%. De esta manera, si la Reserva Federal no actúa de inmediato esta semana, se podría esperar que la inflación continúe su imparable ascenso.
Se espera que el banco central determine esta semana el aceleramiento del tapering. Actualmente, el recorte mensual es de unos $15.000 millones de dólares. Por otra parte, de acelerarse los recortes a la compra de deuda, esto podría dar pie a la subida de las tasas de interés. Con este escenario en el horizonte, la pregunta inevitable es: ¿Cómo reaccionarán los mercados si esto sucede?
