Durante la primera mitad de 2021, la demanda mundial de electricidad se incrementó y volvió a los niveles previos a la pandemia. Según el think-tank británico Ember, el nivel incluso estaría un 5% por encima del período referido. Este hecho, crea preocupaciones en medio de los efectos sin precedentes del calentamiento global.
Sobre esto último, se resalta que la demanda superó el ritmo de la adopción de energía limpia. Esto quiere decir, que las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por la electricidad se mantienen en aumento. Lejos parecen quedar los días en que el consumo disminuyó durante la pandemia, creando una efímera sensación de tranquilidad.
Las emisiones, en tanto, son mayores a las del primer semestre de 2019. Sin embargo, no todo es noticia negativa. En ese sentido, se destaca que, por primera vez en la historia, la energía eólica y solar ocuparon 1/10 parte de la energía global. De igual manera, superaron por primera vez a la energía nuclear, resalta el citado informe.
Demanda de electricidad incrementa la emisión de carbono
Con el hecho de que la demanda de electricidad volvió a los niveles pre-pandémicos, viene adjunto el incremento de la quema de carbón. En otras palabras, la transición hacia formas de energía limpia va a un ritmo más lento que el incremento de la demanda. Por ello, se acude al combustible fósil para calmar esa demanda.
El resultado es una proyección pesimista a futuro. Debe resaltarse que el informe parece concluyente. Esto porque toma data de los 63 países con mayor consumo, los cuales representan el 87% de la demanda mundial de energía. Asimismo, compara los datos de la primera mitad de 2021 con los de 2019. Con ello se muestra cómo la transición de electricidad cambió mientras el mundo pasaba por la peor parte de la pandemia.
Un dato importante es que, mientras la demanda creció 5%, la misma fue cubierta principalmente por el crecimiento de 57% de la energía limpia. Pese a ello, la energía generada con carbón, aumentó un 43%, lo que constituye la principal fuente de preocupación. Por su parte, la emisión con gas se mantuvo casi invariable.
Al mismo tiempo, la energía hidroeléctrica y nuclear, disminuyeron ligeramente en su producción. De esta manera, se aprecia que la demanda de electricidad volvió a los niveles previos de la pandemia, sin que se resolvieran problemas estructurales graves.
Energía limpia supera a la energía nuclear
La tendencia en la demanda/consumo de energía apuntan a la no solución del problema, puesto que la demanda supera a la generación de energía limpia. En palabras sencillas, es como dar un paso hacia adelante y dos hacia atrás en un recorrido que debía ser hacia adelante.
Pese a ello, el incremento de la energía limpia con generación solar y eólica, parece avanzar aceleradamente, dejando en pie las esperanzas. Con respecto a esto, sobresale el incremento del doble del 5% que representaba en 2015 la energía limpia. Asimismo, estas formas de energía, como ya se resaltó, superaron por primera vez en la historia a la generación de energía nuclear.
La clave de esto último, es que son pocas las plantas nucleares que se construyen en el mundo fuera de China. Además, gran parte de las plantas antiguas están en proceso de desmantelamiento. Sobre todo, en los países pertenecientes a la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OEDC por sus siglas en inglés).
Con este contexto, se puede decir que el hecho de que la demanda de electricidad volvió a los niveles pre-pandémicos, tiene aspectos positivos. En líneas generales, se mantiene la preocupación, sobre todo por las alarmas de los científicos sobre las consecuencias del calentamiento global.
¿Qué es el calentamiento global?
El calentamiento global es un fenómeno que tiene más polémicas de lo que muchos se puedan imaginar. Esto se debe a que durante los 4.5 mil millones de años de historia del planeta, existen registros de numerosos cambios climáticos. Entre ellos se cuentan calentamientos globales y glaciaciones que se seden el puesto unas a otras en la línea temporal.
De allí, algunos aseguran que el actual cambio de temperatura global es un fenómeno natural. Por otra parte, existen personas que no consideran el cambio climático actual como un fenómeno normal del planeta sino como consecuencia de la acción de los humanos.
Durante los últimos siglos, toneladas de carbón se extrajeron del subsuelo y se enviaron a la atmósfera. Se trató de un proceso cuya influencia es indudable para el ambiente. Si bien, los cambios climáticos son un asunto absolutamente natural, la acción de la humanidad acelera el proceso y lo hace más dramático.
Independientemente de cuál sea la causa del actual cambio climático, tres cosas son seguras en un 100%. La primera es que la Tierra se está calentado rápidamente. La segunda, es que la demanda de electricidad volvió a los niveles previos a la pandemia. La tercera, es que después del calentamiento global, viene la glaciación.
Los países más contaminantes
Los países con mayor índice en el incremento de emisiones de carbono a la atmósfera, se orientan en Asia. Encabezados por China, Bangladesh, Mongolia y otros. Se destaca Vietnam que parece ser el de mayor crecimiento en cuanto a generación de energía limpia.
El asunto de China contrasta en el sentido de que su planificación apunta a cero emisiones para el año 2060. Los expertos no logran descifrar cómo está avanzando el país asiático hacia esa meta.
En lo que respecta a países como Rusia y Noruega, entre otros, el uso de la energía limpia crece de manera significativa. Pese a ello, el informe asegura que se trata de algo circunstancial provocado por las lluvias excesivas que permiten mayor generación hidroeléctrica.
En Estados Unidos, algunos países de la Unión Europea y Japón, parece avanzarse de manera más sólida. Sin embargo, las emisiones de esas naciones altamente industrializadas, siguen representando el grueso de la contaminación. Si la temperatura global supera los 1.5 grados, la batalla sería cuesta arriba, destaca el informe.