La pandemia del COVID-19 ha planteado retos para la economía global, que no todos han logrado superar. Uno de los sectores más afectados durante la coyuntura actual fue sin duda la industria automotriz; la cual, aún en pleno 2021, no logra ver la luz al final del túnel. Desde EnQuéInvertir te contamos.
Industria automotriz en números rojos
Es justo decir que ningún sector productivo escapó de los efectos de la variante del virus SARS. Sin embargo, mientras sectores como el tecnológico lograron registrar crecimientos impresionantes; otros como el automotor estaban llamados a enfrentar los peores estragos de la crisis.
Dicho esto, hay que señalar que según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), la producción automotriz descendió un 16% a nivel internacional; y es que, tal como afirma Fu Bingfeng, presidente de la organización, la pandemia llevó al sector a «la peor crisis de su historia».
Así, durante el 2020, la producción registró 78 millones de vehículos menos; cifra que exhibe el mismo nivel de manufactura de hace 10 años. Un desglose a niveles regionales revela que 30% de las pérdidas se registraron en las plantas suramericanas, 21% en las europeas y 20% en las norteamericanas. Asia, por su parte, fue el continente menos afectado en su producción, con una caída del 10%.
Para entender la sobrevivencia de la producción automotriz en las coordenadas orientales del planeta, debemos estudiar el caso de China; y es que al ser este el productor directo del 57% de la producción mundial de vehículos, el ya señalado país registró un retroceso de tan solo 2% durante el 2020.
Escasez de semiconductores
Los problemas no terminan acá. Los semiconductores, elementos vitales para la construcción de la dirección asistida y el sistema de frenado de los vehículos modernos, empiezan a escasear.
En consecuencia, el grupo automotriz Stellantis N.V.; encargado de la producción de vehículos icónicos como la Dodge Ram 1500 classic, el Dodge Challenger, el Chrysler 300, y otras camionetas de alta gama como las Jeep Cherokee; anunció un cierre temporal de 60 días en 5 de sus plantas de producción, localizadas en Michigan, Illinois, México y Canadá.
La escasez de semiconductores está afectando de manera distinta la industria automotriz; así, aunque a primer momento el grupo Stellantis N.V. parece el más afectado; otras compañías del sector, tales como General Motors, Ford Motors Company y Volkswagen, también anunciaron paralizaciones de sus plantas o recortes en la producción; todo como resultado del poco inventario del componente.
Un gran reto para la innovación
Es necesario entender que un vehículo moderno requiere de al menos 100 semiconductores para su apropiado funcionamiento; razón por la que, tal como la consultora AlixPartners comenta, la falta del componente podría suponer pérdidas de hasta 64 mil millones USD para la industria automotriz.
La situación podría ser incluso más grave para Alemania, donde el sector automotor representa el 10% de su PIB, 920.000 puestos de trabajo y el 40% de los índices de innovación y desarrollo del país.
La solución a este problema podría estar aún lejos de encontrarse. Así, un grupo de investigación del Bank of América comenta:
«Creemos que las restricciones de suministro de la industria de semiconductores tanto en obleas como en sustratos se retirarán solo parcialmente en la segunda mitad de 2021, y que habrá cierta rigidez en la vanguardia (informática, chips 5G) que se extenderá hasta 2022».
Con esto en mente, vale decir que la industria automotriz es solo uno, de los muchos sectores llamados a sufrir los efectos de la escasez de los semiconductores. Y es que, empresas como Samsung y Qualcomm ya han reportado problemas para atender al suministro de microchips; tanto para sus propios equipos, como para una gran variedad de clientes del sector tecnológico que dependen de la venta de sus semiconductores.