Si la pandemia no era suficiente, ahora las alarmas empiezan a sonar a nivel mundial debido a un incremento en la inflación de los Estados Unidos, la cual ha registrado su mayor aumento intermensual en una década. Y como siempre, en época de inflación la mejor recomendación financiera es invertir en el sector inmobiliario o Real Estate. Por ello, debemos estar conscientes de cómo funciona el mismo para ingresar de forma eficiente. Razón por la que hoy te explicamos todo lo que debes saber sobre el Real Estate.
¿Qué es el Real Estate?
En primer lugar debemos comprender en que consiste el Real Estate. Este es un término en inglés que se refiere a «bienes raíces» o «propiedad inmobiliaria». Es decir, el Real Estate engloba a todo el sector de la economía relacionado con bienes inmuebles. Esto incluye el mercado de compra-venta de viviendas, terrenos, edificios, alquileres, hipotecas, construcción, y cualquier otra actividad relacionada con bienes inmuebles.
Por lo tanto, se entiende que el Real Estate es un sector extremadamente diverso, que ofrece múltiples oportunidades de inversión. Yendo desde las más obvias como la adquisición de edificios de viviendas para su administración y alquiler. Hasta las más especializadas como la compra de bonos de deuda hipotecaria en el mercado financiero.
¿Por qué es importante este sector?
Ahora bien, tal como lo mencionamos al iniciar este artículo, el Real Estate es uno de los sectores más importantes de la economía mundial (como es lógico al englobar el sector de la construcción entero), especialmente en época de riesgo inflacionario. Esto es así debido a cómo funciona la dinámica económica en época de inflación.
Así, cuando hay aumentos en la inflación en algún país, el valor de la moneda nacional empieza a caer, ya sea por una disminución en la oferta de bienes y servicios en la economía, o por un aumento en la demanda de los mismos que supere la oferta, normalmente impulsada la misma por incrementos más o menos descontrolados en la emisión monetaria.
En esta situación, los principales perdedores son los ahorristas en la moneda nacional sometida a presiones inflacionarias. Quienes ven de la noche a la mañana como sus ahorros empiezan a perder su poder de compra. Y cuando la inflación afecta a la moneda de reserva internacional como parece que lo hará con el dólar estadounidense, el resultado es un proceso inflacionario que alcanza al mundo entero.
Por esta razón, la mejor forma para protegerse de la inflación es la inversión en activos tangibles, siendo el Real Estate el mejor ejemplo de esto. Ya que, a diferencia del papel moneda, el concreto no suele devaluarse. Así, una inversión en bienes raíces tenderá a mantener o incluso incrementar su valor en medio de una crisis inflacionaria.
¿Siempre son una buena inversión?
Por supuesto, como con todas las preguntas de importancia en la vida, la respuesta a esta es: depende. Pues, al ser un sector tan amplio, es normal que algunas inversiones sean más redituables que otras. Sin embargo, a pesar de la seguridad que normalmente brindan los bienes raíces, hay ocasiones en que el Real Estate no es una buena inversión.
Esto es así pues, al igual que cualquier activo en una economía capitalista, el Real Estate está sometido a grandes presiones especulativas. Las cuales pueden hacer que los precios en su mercado sean mucho más altos de lo que correspondería con una alocación eficiente de capitales.
Justamente lo que se vivió en el año 2008, cuando la burbuja especulativa en el sector inmobiliario creció tanto que generó la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929. En estos casos de especulación desmedida y aumento sin control, sin duda la inversión en el Real Estate no es recomendable. Sin embargo, esto no deja de ser un caso extraño, y normalmente los aumentos en los bienes raíces corresponden con incrementos en la demanda de los mismos, y por tanto de su utilidad económica y social.
La situación actual del Real Estate
En la actualidad los bienes raíces han vuelto a ganar importancia en los mercados financieros, gracias a la pandemia generada por el COVID-19. Y es que, la misma ha impulsado la demanda por bienes inmuebles en todo el mundo, pero especialmente en los Estados Unidos. En donde, las construcciones existentes en el mercado para venta y alquiler no se dan abasto. Por lo que, ante un aumento en la demanda y una oferta estable, el precio de los bienes inmuebles se ha disparado.
Este aumento en la demanda se ha visto impulsado sobre todo por dos factores. Por una parte las bajas tasas de interés que permiten pedir créditos para la compra de viviendas más fácilmente. Y por la otra, la llegada a la edad adulta de la generación millenial, la cual ya empieza a comprar viviendas.
Por su parte, la oferta se ha visto rezagada con respecto a la demanda desde el año 2008. Cuando la crisis financiera nacida del sector del Real Estate provocó una disminución en el número de construcciones de nuevas edificaciones. Llevando a que tan solo en los Estados Unidos existiese en marzo un descenso del 28% en el número de viviendas disponibles a la venta con respecto a 2020. Así como un aumento del 11,2% en el precio de las viviendas.
¿Es esto una burbuja?
Claro está, esta situación ha despertado recuerdos sobre la crisis financiera del año 2008, y cómo la burbuja inmobiliaria de entonces afectó a la economía global. Llevando a que muchos analistas e inversionistas se pregunten si no estamos en medio de una nueva burbuja inmobiliaria.
Y en ese sentido, Jeff Greene, quien hizo una fortuna apostando en corto en contra del mercado de bienes raíces en 2008, asegura que nos encontramos en medio de una nueva burbuja:
Por supuesto, esta no es la visión de todos, pues incluso Jim Cramer, el host de Mad Money, ha defendido que la situación en el mercado de Real Estate no es igual a la de 2008, existiendo una mejor calidad en el crédito hipotecario que entonces.
En todo caso, lo cierto es que en este instante la inversión en Real Estate es probablemente una de las más redituables del mundo. Y, aunque es necesario mantenernos alertas antes cualquier señal que pueda indicar un colapso en el mercado. Invertir en el sector, ya sea comprando propiedades o invirtiendo en bonos hipotecarios, es una buena decisión, especialmente frente a los riesgos inflacionarios.