La banca más pequeña se enfrenta a un potencial riesgo debido a la caída del sector de comercio inmobiliario estadounidense, con construcciones entrando en valores netos negativos. Según un reciente informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica, unos 300 prestamistas estarían al borde del precipicio.
Un aproximado 14% de todos los préstamos para bienes raíces comerciales están en capital negativo. Esta realidad se extiende para el 44% de todos los préstamos para edificios de oficinas. En términos simples, esto significa que la deuda ahora es mayor al valor de la propiedad. El posible desenlace es que los prestatarios no paguen, considerando que sus estados de retornos desaparecen.
Y no se trata de poca cosa cuando se habla de más de 300 bancos de pequeñas dimensiones en la principal economía global. Con esto queda en evidencia que el asunto del sector vivienda continúa plantándose como un verdadero hueso para las economías desarrolladas.
Es importante resaltar que los bancos del país norteamericano acumularon unos 2.7 billones de dólares en deuda inmobiliaria para finales del tercer trimestre. Asimismo, los valores de las propiedades comerciales vienen en picada (-22%) desde el primer trimestre de 2022. En ese entonces, la FED inició la cruzada de las altas tasas de interés.
La parte pequeña y mediana de la banca está al borde
El citado informe establece que el estado de la banca estadounidense pequeña y mediada podría llenarse de incertidumbre. En consecuencia, si el asunto negativo inmobiliario se profundiza, el temor podría hacer el resto. Hasta ahora, los números parecen apuntar en esa dirección con un desplome del 35% en la demanda de oficinas.
Vale la pena recordar que este último asunto parece difícil de revertir, teniendo en cuenta el dramático ascenso del trabajo remoto. Con el inicio de la pandemia del Covid-19, el home office aceleró la tendencia de los trabajos a distancia, lo cual se convirtió en un fuerte golpe para este sector particular del negocio inmobiliario. Los intentos de volver al estado anterior hasta ahora son infructuosos y la tendencia a futuro con el metaverso es desalentadora.
Los problemas en el sector bancario no son ajenos en Estados Unidos. En marzo de este año una serie de quiebras provocó una sacudida que solamente se calmó con la mano del Estado.
En todo caso, el mencionado reporte deja claro que una tasa de incumplimiento de apenas el 10% sería catastrófica. La misma se traduciría en unos $80 mil millones en pérdidas bancarias. Matemáticamente, un escenario nada descartable de 20% de impagos podría traducirse en una quiebra masiva de representantes de la banca estadounidense pequeña y mediana.
Con esto en perspectiva, se puede decir que las buenas señales de la economía podrían ser un espejismo. El sector inmobiliario ya tiene antecedentes muy claros de lo que puede provocar en el mundo financiero.