La actual venta masiva de acciones en el mercado bursátil se convierte en un foco de pánico entre los inversores y analistas de Wall Street. El mayor contribuyente a esta oleada de preocupación que se genera ahora en el sector financiero, es la subida del índice de volatilidad.
Básicamente, el índice Cboe, también conocido como VIX, se encuentra en una posición no vista desde marzo de este año. En ese entonces, se produjo la crisis bancaria que terminó con la quiebra de varios bancos regionales y que solo acabó con la intervención gubernamental.
Que la curva se invierta en esta dirección no puede más que generar preocupación entre los operadores de volatilidad, explica Bloomberg. Por si fuera poco, el rendimiento de los bonos del Tesoro continuó en aumento, lo que ensombrece aún más el panorama económico.
Así se encuentra el índice de volatilidad (VIX)
El hecho de que el índice de volatilidad se encuentre en una posición no vista desde marzo genera grandes miedos entre los inversores de riesgo. Vale la pena mencionar que la inversión de la curva VIX se produjo en dos oportunidades durante el último año. En ambas, las acciones terminaron en el fondo.
Puntualmente, el VIX subió 2,2 puntos hasta 19,80. Esto provocó que el precio al contado se colocara por encima de sus futuros a tres meses. Este movimiento de inversión de la curva, como ya se dijo, es el primero desde la sacudida de los bancos en marzo de este año.
En consecuencia, si la historia no falla, entonces el actual rally negativo del S&P500 podría terminar en un nuevo fondo. Para los inversores más experimentados, eso podría asumirse como una señal de que preparen sus inversiones para comprar nuevamente a precios bajos.
«El rendimiento del Tesoro es realmente lo único que importa, pero una estructura de plazos VIX que se invierte es una señal de que el estrés se está descontando por completo», expresa al citado medio Chris Murphy, de Susquehanna International Group.
Con este telón de fondo, se puede intuir que las acciones de riesgo están cerca de una nueva caída. De allí el pánico que genera esta subida en el índice de volatilidad del S&P500.
El impulso bajista se intensifica
La política monetaria de la Reserva Federal, consistente de altas tasas de interés por un período largo, es la principal presión de venta. Al cierre de este martes, el S&P500 descendió en 1% hasta un bajo de cuatro meses. Este desplome se intensificó con los datos de empleo y el ya mencionado aumento de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro.
En tanto, el índice de volatilidad creció durante tres sesiones consecutivas, lo que le colocó por encima del nivel 20, el cual es uno de los más observados cuando se trata del VIX. En ese sentido, el cierre fue el más alto de los últimos 6 meses.
Tal como se menciona algunos párrafos más arriba, el indicador se colocó por encima de los futuros a tres meses. En tiempos normales, los inversores tienen a pagar por contratos más lejanos.
«El impulso bajista está aumentando y los niveles técnicos se están eliminando. Nadie sabe si los mayores rendimientos van a romper algo», comenta a propósito Michael Purves, de Tallbacken Capital.
Todos estos elementos, a los que se suma el mayor ritmo de venta de acciones de los CTA desde 2014, generan un ambiente incómodo.