La burbuja holandesa, o de los tulipanes, también conocida como ‘tulipomania’, fue una de las burbujas y caídas de mercado más famosas de todos los tiempos. Ocurrió en Holanda entre principios y mediados del siglo XVII, cuando la especulación llevó al extremo el valor de los tulipanes. En el apogeo del mercado, los tulipanes más raros se comercializaban por hasta seis veces el salario anual promedio de una persona.
Los tulipanes aparecieron por primera vez en Europa en el siglo XVI, llegando a través de las rutas de comercio de especias que daban una sensación de exotismo a estas flores importadas que no se parecían a ninguna otra flor nativa del continente. En términos cronológicos, los tulipanes se introdujeron en Holanda en 1593 y la burbuja se produjo principalmente entre 1634 y 1637.
¿Por qué se desató la burbuja de los tulipanes?
En su momento, solía ser un símbolo de estatus por su misma rareza. Pero al mismo tiempo, se sabía que los tulipanes eran notoriamente frágiles y morirían fácilmente sin un cultivo cuidadoso. A principios del siglo XVII, los cultivadores profesionales de tulipanes comenzaron a perfeccionar las técnicas para cultivar y producir las flores localmente, estableciendo un sector empresarial floreciente, que ha persistido hasta el día de hoy.
Los llamados «bulbos rotos» eran un tipo de tulipán con un patrón multicolor a rayas en lugar de un solo color sólido que evolucionó a partir de una cepa del virus del mosaico. Esta variación fue un catalizador que provocó una creciente demanda de tulipanes raros de «bulbo roto», que es lo que finalmente condujo al alto precio de mercado.
Con los precios de estas flores, se descuidó la industria ordinaria del país. En ese sentido, la población incluso en sus niveles más bajos, se embarcó en el comercio de los tulipanes.
Otros datos interesantes
Parecía que el precio solo podía subir. Muchos pensaron que «la pasión por los tulipanes duraría para siempre». Así, la gente comenzó a comprar estas flores con apalancamiento, utilizando contratos de derivados con margen para comprar más de lo que podían pagar. Pero tan rápido como comenzó, la confianza se desvaneció. A fines del año 1637, los precios comenzaron a caer y nunca miraron hacia atrás.
Una gran parte de este rápido declive se debió al hecho de que la gente había comprado estas flores a crédito, con la esperanza de pagar sus préstamos cuando las vendieran para obtener ganancias.
Si bien no fue un hecho devastador para la economía del país, socavó las expectativas sociales. El evento destruyó las relaciones basadas en la confianza y la voluntad y capacidad de pago de las personas. También, hay un debate historiográfico sobre si realmente la «fiebre de los tulipanes» estuvo tan expandida como se cree. Si deseas profundizar sobre este tema, te recomendamos revisar libros dedicados al tema, podría ser interesante.
