Las cinco grandes empresas petroleras experimentan uno de los momentos más importantes en cuanto a lo que son sus ingresos petroleros. La cantidad de dinero que fluye hacia estas compañías, es la mayor desde la crisis financiera de 2008. Sin embargo, las actuales tendencias de cambio hacia formas limpias de energía, llevan a muchos analistas a considerar que esta tendencia no es sostenible.
Compañías como Shell, TotalEnergies, Chevron, Exxon Mobil y BP, presentan informes en los que reportan asombrosos ingresos. Por ejemplo, las primeras dos de estas empresas reportaron ingresos combinados de $29 mil millones de dólares. Todo ello solo en el tercer trimestre del año. Esta magnitud de ingresos está conducida por el aumento de los precios del crudo en el mercado internacional.
Frente a esta oleada de dinero, las empresas deberán tomar decisiones trascendentales que podrían ser inéditas. El primer tratamiento del dinero, podría ser para aumentar los retornos de los inversores en la bolsa. El segundo uso podría ser para la inyección en grandes infraestructuras que estuvieron paralizadas por una de las décadas más difícil para el crudo.
Magnitud de los ingresos petroleros podría no ser sostenible
Si bien es cierto que los ingresos petroleros son los más grandes de los últimos 13 años para las mencionadas empresas, la incertidumbre está latente. Aunque parezca paradójico, estos grandes ingresos no son lo suficientemente sostenibles como para celebrar y pensar en el futuro. Al menos eso opinan algunos analistas consultados en Bloomberg.
Los ejecutivos que dirigen estas grandes firmas, estarían haciendo un uso racional de los gastos a pesar de la gran cantidad de dinero en sus manos. Esto se debe principalmente a que el futuro de las firmas petroleras y de hidrocarburos en general, no es del todo claro. Detrás de esa incertidumbre, están las nuevas tendencias para la generación de energía más limpia, en la cual las viejas formas de explotación de recursos naturales no tienen cabida.
Esta tendencia se manifiesta entre los inversores de mayor peso. En ese sentido, los tenedores de acciones de las petroleras se encuentran en un dilema. Este consiste en que no están seguros de reinvertir las ganancias o buscar otros activos más sustentables. Esto lo saben las grandes compañías, las cuales estarían pensando en recortar los dividendos para evitar fuga.
De esta manera, aunque los ingresos petroleros son los más grandes desde la recesión de 2008, si los mismos no son usados de manera inteligente podrían esfumarse en el futuro.
¿Resultados de la dirección de los actuales ingresos?
Los recursos naturales no renovables como el petróleo, gas y sus derivados, se encuentran en alza. La decisión de las grandes compañías se basa en dos caminos principales. El primero es aumentar los dividendos de los inversores para que estos mantengan sus acciones. Pese a ello, buena parte de ellos estaría indeciso en hacerlo a pesar de que puedan recoger importantes ganancias.
Para evitar la fuga de ese capital, las compañías podrían optar en recortar los dividendos y en su lugar invertir en proyectos de infraestructura. El problema con esto, es la sostenibilidad a largo plazo del negocio. Así, los ingresos petroleros se enfrentan a una de las peores crisis existenciales de los últimos años.
Tres de estas empresas, Exxon, BP y Chevron apuestan por la primera opción de aumentar los ingresos de los tenedores de acciones. En consecuencia, tomada esta situación en conjunto, Gordon Gray, analista consultado en Bloomberg, es enfático. «Por muy sólidas que sean las perspectivas financieras a corto plazo para el sector, no estamos convencidos de que los precios del petróleo y el gas que impulsan el último repunte, sean sostenibles», afirma.
Mientras tanto los precios siguen altos
De manera simultánea a la incertidumbre que viven las grandes empresas del sector petróleo, sus precios se mantienen altos. A las peticiones de Estados Unidos a la OPEP+ para que aumente la producción, se suma la India.
Ambas naciones se cuentan entre las que más sufren por la inflación, provocada por el aumento del precio del combustible.
