El sector energético fue sin duda uno de los más afectados por la crisis del COVID-19. Cuando las cadenas globales de valor se detuvieron, la demanda de energía decreció; llenando la capacidad de almacenamiento de los depósitos mundiales. Del mismo modo, nuevas cifras indican que la producción de petróleo cayó en los Estados Unidos a niveles no vistos desde el 2018. Desde EnQuéInvertir te contamos.
La producción de petróleo en febrero: Un mes para el olvido
La producción de petróleo cayó a los 9,8 millones de barriles diarios (b/d); entiéndase, un disminución de 1,1 millones cada día. Según el reporte mensual de Administración de Información Energética de EE. UU, es la primera vez que la producción de petróleo decrece por debajo de los 10 millones desde enero del 2018.
Las bajas cifras responden principalmente a los recortes en los pozos petroleros de Texas. Vale recordar que el mundo fue testigo de una poderosa ola de frio que azotó fuertemente el sur de los Estados Unidos; momento que se registraron las temperaturas más bajas en los últimos 30 años.
El frío clima invernal provocó la caída del servicio eléctrico; factor que impidió que las bombas funcionaran con regularidad. En algunos casos, las bocas de los pozos se congelaron; todo mientras las carreteras texanas se volvían intransitables. Mientras tanto, la producción mensual bruta de gas natural en los 48 estados inferiores de EE.UU. descendió en 7.800 millones de pies cúbicos por día; el mayor descenso mensual registrado desde el 2005.
Vale decir que sumado a estos números, la producción de petróleo también registró números rojos durante enero, cuando se reportó una caída del 13,13% en términos interanuales.
Un caso especialmente difícil para Chevron
La segunda compañía petrolera más grande de los Estados Unidos, fue una de las más afectadas por el statu quo visto durante el mes de febrero. Así, los beneficios del primer cuarto del año cayeron un 29%; todo mientras el gigante petrolero estima pérdidas de hasta 300 millones de dólares en concepto de recortes en la producción y reparaciones. De esta forma, la empresa registra unas ganancias 1.720 millones USD; una cifra muy lejana a los 2.450 millones USD vistos durante el primer cuarto del 2020.
Sumado a esto; según los datos de Refinitiv IBES, el flujo de caja de las operaciones de Chevron estuvo más de 1.000 millones por debajo de las estimaciones de Wall Street. Del mismo modo, sus costos de deuda, pensiones de empleados y beneficios aumentaron a 978 millones USD; un número considerablemente elevado considerando la caída en la producción de petróleo.
Finalmente, los beneficios en concepto de refinamiento cayeron 5 millones USD por debajo de los valores vistos hace un año; cuando se registraban ganancias de 1,1 mil millones USD.
Finalmente, resulta valioso señalar el fuerte contraste que estas cifras hacen con los beneficios reportados por compañías como BP, Royal Dutch Shell y Total. Vale decir que en el caso del primero, la empresa logró triplicar sus ganancias; mientras que Total hace lo propio con un aumento en sus beneficios del 69%.