Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates, le recordó al mundo que invertir en bonos es «estúpido» a través de una publicación de blog en LinkedIn.
Invertir en Bonos es estúpido
De acuerdo con Bloomberg, la Reserva Federal de Estados Unidos se encuentra agregando USD 120 mil millones de compras de bonos cada mes, pero no es el único con un programa de este tipo. Recordemos que el aumento de la emisión de bonos tiene como objetivo financiar las medidas para combatir la pandemia.
En este sentido, Dalio argumenta que el mercado de bonos ofrece rendimientos ridículamente bajos. De hecho, vale la pena recordar que el rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años retrocedió desde los máximos de un año el lunes.
Por lo tanto, por mencionar el rendimiento de alguno de los bonos, la nota a 10 años es a 1,68%, a 2 años es de 0,15% y a 30 años 2,4%.
Es así como Dalio explica que «estos rendimientos extremadamente bajos o inexistentes no satisfacen las necesidades de financiación de estos titulares de activos».
Además agregó que, si tenemos en cuenta la inflación, «los bonos son una inversión aún peor».
Consejos de Ray Dalio
En este sentido, Dalio también aseguró que se mantiene como un creyente de que el efectivo es basura. Por consiguiente, sugirió que vale la pena pedir «prestado efectivo en lugar de mantenerlo como un activo y comprar activos de inversión que no sean de deuda».
Pero, además, advirtió que a medida que los legisladores se enfrentan a una escasez de dinero podrían aumentar los impuestos. Por lo tanto, explicó que esto podría hacer que el capital salga de los activos de deuda y lo lleve a otros activos y dominios fiscales, lo que en última instancia conduce a restricciones contra los movimientos de capital a activos como el oro y Bitcoin.
De hecho, aseguró que Estados Unidos «podría llegar a ser percibido como un lugar inhóspito para el capitalismo y los capitalistas».
Dado que Dalio cree que nos encontramos en la última etapa del Gran Ciclo de Deuda. Por consiguiente, sugiere que lo ideal es «una cartera bien diversificada de activos sin deuda… junto con una posición de efectivo corta».
«También creo que hay que tener en cuenta los cambios fiscales y la posibilidad de controles de capital…», agregó.
