La situación política y económica de Pakistán, están al borde de un colapso. El país recientemente sufrió un atentado con una bomba en una mezquita que cobró vida de al menos 100 personas. En medio de toda esta situación, la economía de Pakistán está en crisis y el FMI negocia un fondo de rescate.
Hace dos semanas, el 24 de enero, todo el país sufrió un corte de electricidad. Dejando a 230 millones de habitantes sin servicio eléctrico en medio de la crisis que se profundiza. Actualmente, la rupia pakistaní toda mínimos históricos con respecto al dólar.
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La economía de Pakistán está en crisis
La corrupción gubernamental, el tráfico de influencias y además poco desarrollo industrial y económico son otros factores importantes. Para 2021, la deuda externa de Pakistán significaba el 74,91% del PIB del país.
Adicionalmente, la economía de Pakistán, actualmente en crisis, complica la vida de los habitantes con aumentos superiores al 100% en la canasta de bienes alimenticios básicos. Por otra parte, el precio de los combustibles y la crisis energética global, asfixia a la población que cada vez más.
La única salvación para la economía en crisis de Pakistán parece estar en las manos de la delegación del Fondo Monetario Internacional que aterrizó en Islamabad el martes. El objetivo es discutir un fondo de rescate que podría aliviar al país cuando solo quedan reservas internacionales para tres semanas de importaciones.
Este sería el rescate número 23 en los 75 años de historia del país, lo que no representa una buena señal para el FMI y el mundo acerca del manejo del dinero en Pakistán. Además, la dependencia de la economía del país de las remesas de trabajadores en el extranjero y la exportación de textiles ha dejado a Pakistán vulnerable a las fluctuaciones en el mercado global.
El gobierno ha tomado medidas para mejorar la situación económica, como la liberalización del comercio y la atracción de inversiones extranjeras, pero aún hay mucho por hacer para estabilizar la economía y mejorar la vida de la población.
Mohammed Usman, un fotógrafo que vive en la capital de Pakistán, Islamabad, comentó a la CNBC: «¿Qué te gustaría saber? ¿Cómo una bolsa de harina, imprescindible aquí, ya que comemos roti o chapati a diario, se ha más que duplicado de precio? ¿Cómo los precios del combustible casi se duplicaron en menos de un año?»
¿FMI al rescate?
En el 2019, Pakistán recibió un rescate del FMI de $6.000 millones, al que en 2022 se agregaron $1.000 millones más. Este vendría siendo el programa de rescate y financiamiento del FMI número 23 y de aprobarse el paquete de ayudas, sería el número 24 en 75 años de la existencia de Pakistán.
Sin embargo, para aprobarlo, las autoridades del FMI solicitaron un conjunto de reformas fiscales que el primer ministro, Shehbaz Sharif, se negó a implementar. El gobierno de Pakistán temía las repercusiones sociales que una reducción de los subsidios en la gasolina trascendieran.
Posteriormente, para recibir la visita de las autoridades del FMI y negociar el paquete de rescate, Pakistán se ve obligado a liberar el tope de su moneda respecto al dólar y elevar los precios de los combustibles un 16%. Adicionalmente, el Banco Central pakistaní elevó la tasa de interés, 100 puntos básicos, para luchar contra la mayor inflación del país en décadas, un 26%.
Las autoridades esperan que estas medidas sean suficientes para contrarrestar los efectos de la crisis y recibir la ayuda del Fondo Monetario Internacional, pero eso está por verse.