Una encuesta publicada por la firma McKinsey & Company con sede en Nueva York revela la disparidad en los consumidores chinos de altos y bajos ingresos. Según la información revelada por McKinsey, los consumidores chinos más ricos eran más propensos a incrementar sus gastos.
En cambio, los niveles de ahorro en los consumidores de más bajos ingresos aumentaron. Esto quiere decir que su propensión marginal a consumir ha disminuido. Esta divergencia es común en la República Popular China previo a la pandemia de Covid-19.
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La disparidad en los consumidores chinos aparece nuevamente
Tras la distorsión que representó para el mercado mundial la pandemia por Covid-19, los comportamientos previos a la pandemia aparecen nuevamente. Sin embargo, la confianza del consumidor de China sufrió con la pandemia y las nuevas restricciones económicas y políticas impuestas.
Otro factor importante a considerar fueron las restricciones de viaje y el duro golpe que sufrió el mercado inmobiliario, perjudicando a la economía. Este comportamiento habitual en los consumidores chinos ocurría en años previos al 2019, donde «había poca diferenciación en el gasto entre los dos grupos».
La encuesta revela que más de la mitad de los ciudadanos encuestados esperaban que sus ingresos aumentaran en los próximos cinco años. Además, más del 26% de los encuestados, con ingresos moderados de aproximadamente 345.000 yuanes ($49.286), aumentaron su gasto un 5% o más respecto al año pasado. Por otra parte, solo el 14% de los encuestados aseguraron haber reducido significativamente sus gastos.
Adicionalmente, McKinsey declaró a la CNBC «La población más rica tiene más confianza en su riqueza personal y perspectivas futuras» como comentario hacia el comportamiento del consumidor con mayor poder adquisitivo.
Unos consumen más, mientras otros hacen recortes
Alrededor del 10% fue la disminución de los más ricos que aseguraron aumentar sus gastos este año. Si comparamos esta cifra con la del 2019, que alcanzaba un 36% de los encuestados más ricos.
La encuesta tomó como muestra a una población de 6.700 chinos y se realizó en julio. Por supuesto, los datos obtenidos para ese entonces no contemplan el desplome agudo del mercado inmobiliario. La disminución (aún mayor para la actualidad) de la confianza del consumidor.
Asimismo, aumentó la propensión al ahorro en las zonas urbanas. El incremento fue de un 58% en comparación al 2014, según la investigación hecha por McKinsey. Además de ahorrar mucho más, la mayoría de los encuestados esperaba un incremento más o menos significativo de sus ingresos en el futuro cercano.
Por otra parte, McKinsey concluye que espera una disminución de los hogares más pobres en los próximos tres años a pesar de las adversidades a las que se enfrenta China. Esto concuerda con la expectativa de los consumidores chinos de un repunte mucho más fuerte que lo esperado por los consumidores de EE.UU. o Reino Unido.
