Durante su discurso en el evento anual Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, no ofreció una fecha clara para los recortes. Sus palabras fueron las más esperadas por el mercado de valores de EE.UU., ya que las mismas podrían determinar el futuro financiero a corto y mediano plazo.
El máximo funcionario del banco central del país norteamericano, fue esquivo en un discurso cuidadoso que fue observado atentamente por millones de personas. Estuvo de acuerdo en que el tapering (recorte progresivo de la compra de bonos), debía aplicarse. No obstante, no ofreció mayores detalles de cómo o cuándo iniciaría ese proceso.
Agregó que se trata de un tema que se discute a lo interno de la Reserva Federal. En tanto, lo remitió a la reunión de la institución programada para finales de septiembre. Además, agregó que cualquier medida que se vaya a aplicar, será cuidadosamente evaluada por parte de ese organismo.
Presidente de la FED parece no ceder ante presión de los halcones
Durante la jornada de este jueves, tres importantes funcionarios de la FED intentaron presionar previo al discurso del presidente del organismo. Se trata de los máximos dirigentes del banco central en Kansas City, Dallas y St. Louis. En apariciones en los medios de comunicación, aseguraron que los recortes «se debían aplicar de manera rápida y agresiva».
Se debe recordar que la Reserva Federal, inició las medidas de compra de deuda por $120.000 millones de dólares mensuales al inicio de la pandemia. Asimismo, anunció el recorte de las tasas de interés a un nivel cercano a cero. El objetivo de ambas acciones, fue evitar el colapso financiero como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia.
El otro lado de la moneda, es que al comenzar la etapa de recuperación, ese exceso de liquidez en el mercado provocó inflación. Según los informes más recientes del Departamento del Trabajo, ese índice se ubica en 5.4%. En ese sentido, bajarlo a los niveles normales de 2% aproximadamente, implica levantar las medidas mencionadas.
Sin embargo, no se trata de un tema sencillo por dos razones. La primera es que el crecimiento de los mercados se ampara en tal inyección por parte del banco central. La segunda, es la tensión relacionada con los estragos que podría causar la variante delta del Covid-19. Ambos factores fueron repasados por el presidente de la FED durante su discurso en el simposio de Jackson Hole.
La inflación probablemente pasará en poco tiempo
Otro aspecto clave del discurso de Powell es que la inflación pasará irremediablemente. De tal manera, no hay razones para apresurarse a tomar medidas sin evaluar todas las consecuencias que puedan traer. Esto se puede reducir a que mientras más calmados sean los recortes, menos traumático será el impacto en los mercados.
Debe considerarse que otra de las cifras importantes, es que el empleo crece considerablemente. Un recorte, podría desalentar este crecimiento. Por ello, se debe evaluar con cuidado a la hora de perseguir a una inflación que, al fin y al cabo, es transitoria.
Aunque aseguró estar de acuerdo en que el tapering debe iniciar este año, no se comprometió con la misma radicalidad que algunos de sus colegas. Antes de ello, expresó, «evaluaremos cuidadosamente los datos entrantes y los riesgos en evolución».
Con esto último, el presidente de la FED dio a entender que el cuándo y el cómo del tapering es un asunto no resuelto. Y no solo es un asunto que carece de decisión, sino que, además, debe evaluar riesgos como el de la variante delta.
Consultado en Nasdaq.com, Kim Forrest de Bokeh Capital Partners, se refirió a las palabras de Powell. Afirmó que este entiende la necesidad del recorte, «pero esto no ocurrirá más temprano que tarde».
Reacción del mercado
Al conocerse el discurso del presidente de la FED, los mercados reaccionaron de inmediato. Al momento de redactar, el Dow Industrial se ubicó en 0.45%, mientras el S&P 500 y Nasdaq Composite, también subieron en 0.53% y 0.59% respectivamente.
Por su parte, los bonos, que hasta horas antes del discurso se perfilaban como los favoritos de los inversores frente al oro, bajaron. Así, los bonos del tesoro a 30 años, bajaron casi en 2%. Los bonos a 2, 5 y 10 años también retrocedieron considerablemente en 0.2%, 0.8% y 1.3% en el mismo orden respectivo.
Como conclusión, se puede decir que se mantiene la espera con respecto hasta cuándo durarán las medidas especiales de pandemia. Hacer el tapering ahora puede ayudar a detener la inflación, pero sacudiría los mercados. Al mismo tiempo, podría traer consecuencias negativas con el virus. Mientras tanto, hacerlo esperar tendría efectos contrarios. Algunos analistas temen que la inflación se podría tornar irreversiblemente dañina.