Durante muchos años, los mercados emergentes han sido el motor del crecimiento económico a nivel mundial. Con países como China y la India alcanzando cifras récord de crecimiento, impulsando el comercio y la producción en todo el mundo. Sin embargo, el COVID-19 parece haber cambiado esta dinámica. Pues, ahora los mercados emergentes pierden impulso, debido a los temores de inflación en sus economías, y el fortalecimiento del dólar.
La recuperación post-COVID
Los peores efectos de la pandemia generada por el COVID-19 en la economía parecen haber pasado. Pues, incluso aunque los contagios han vuelto a aumentar en Europa y los Estados Unidos, el proceso de vacunación que ya empezó en buena parte del mundo desarrollado han permitido una mayor apertura en la economía. Lo que, combinado con los planes de estímulos multimillonarios de los gobiernos, han generado altos niveles de optimismo en los mercados.
Sin embargo, esta no será una recuperación equitativa para todos. Ya que, mientras China y los Estados Unidos ya han recuperado la vía del crecimiento económico, convirtiéndose en las locomotoras de la economía mundial. Los países de la Unión Europea no se espera que puedan reabrir totalmente sus economías por varios meses, debido a la lentitud de sus programas de vacunación.
Una perspectiva que es incluso peor para los países del mundo en desarrollo, incluyendo los mercados emergentes. Los cuales ya no son tan atractivos para los inversionistas del mundo, debido al fortalecimiento del dólar y el aumento en los rendimientos en los bonos del tesoro estadounidense. Una situación que aumenta el atractivo de las inversiones en suelo estadounidense, llevando a una fuga de capitales de los mercados emergentes.
Mercados emergentes en riesgo
La principal consecuencia de esto, por supuesto, es un incremento en la inflación de estos países. Los cuales se enfrentan a los estragos del COVID-19, y un aumento del gasto público, sin la presencia de capitales para sustentar el valor de sus monedas. Así, la inflación de Turquía se aceleró al 16,2% anual, siendo el peor ejemplo de depreciación de una moneda en un mercado emergente, mientras la inflación de Rusia alcanzó un 5,8% e incluso Chile espera una aceleración en los precios.
Sin embargo, la mayor preocupación de los inversionistas sigue siendo una aceleración en la inflación china. La cual algunos economistas esperan que haya alcanzado su nivel más alto en dos años el mes pasado. Lo que, debido a la posición que ocupa China en los mercados globales, puede llevar a un aumento en la inflación global. Y por supuesto, a que continúe la tendencia actual en que las monedas de los mercados emergentes pierden impulso frente al dólar.
Todos estos factores han llevado a los mercados emergentes a incrementen sus tasas de interés. En un intento por detener la inflación y evitar que continúe la fuga de capitales. Sin embargo, mientras estos países no logren incrementar el ritmo de su vacunación, y por tanto de la recuperación de sus economías. Es poco probable que los inversionistas prefieran ingresar a estos mercados, antes que los más seguros, y en este instante más lucrativos mercados de los países desarrollados.