La variante delta del Covid-19, ahora que se encuentra en pleno apogeo, representa grandes peligros de todo tipo, entre ellos los financieros. La alta capacidad de contagio, así como su poder para disminuir el efecto de las vacunas, levanta las preocupaciones en todos los mercados. Actualmente, la golpeada economía mundial se encuentra en una tensa calma ante las posibles nuevas medidas de contención.
Los riesgos que puede traer la variante del Sars-Cov-2, pueden ser variados con múltiples ramificaciones. Tanto en comercio y finanzas, así como en los portafolios de los inversores grandes y pequeños, la misma es un actor a tener en cuenta. No obstante, este sería el peor y menos probable de los escenarios.
Los mandatos de uso de mascarilla, nuevas medidas de distanciamiento, obligatoriedad de vacunación para acceso a muchos sitios. A esto se suma la preocupante desaceleración de la tasa de vacunación. Todo este conjunto de factores, mantienen las alarmas encendidas en la economía. ¿Qué pasará con las inversiones de aquellas personas que tienen posiciones en el mercado de valores? Todo eso está por verse. En este trabajo se analiza el contexto y se dan algunos consejos prácticos para los inversores.
La variante delta y los peligros financieros que representa
El hecho de que la pandemia se resista a marcharse, mantiene el nerviosismo en los mercados. Las variantes, el elemento más temido, ya están presentes con todos los peligros que representan, tanto para la salud pública como para los mercados financieros.
Las preocupaciones de importantes analistas, se centran en que la delta y otras variantes, aumentan el número de casos mientras el ritmo de vacunación disminuye. En otras palabras, miles de personas se niegan a colocarse las dosis, lo que genera las condiciones para que el virus siga reproduciéndose y mutando.
En un intento para animar a más personas a colocarse las dosis, la FDA aprobó con licencia completa, la vacuna de Pfizer. Mientras la incertidumbre continúe, los peligros de una nueva avanzada de medidas amenazan con dar un nuevo azote a la economía. Se debe tener presente que la alta preocupación en Estados Unidos, se mantiene a pesar de ser el país con mayor número de vacunados en Occidente.
Lo que pueda pasar en otros países donde la variante delta también causa estragos, generaría grandes problemas en una economía altamente globalizada. Por ejemplo, China sufre una de sus peores etapas desde 2020. Esto podría amenazar gran parte del comercio internacional en caso de que Pekín anuncie medidas drásticas de contención.
De esta manera, los peligros económicos y financieros que representa la pandemia, están más lejos de lo que los mercados desean.
La recuperación económica sigue en marcha, pero con peligros latentes
Un aspecto importante, sobre todo en Estados Unidos, es que la recuperación de la economía sigue en marcha. Sin embargo, los peligros de que se reviertan los índices positivos, son altos. Algunos analistas consideran que lo peor ya pasó. Esto último se debe a que las infecciones aumentan, pero no así la tasa de mortalidad.
Se trata de una sensación de seguridad en la población lo cual permitió el crecimiento del PIB en más de 6% en los últimos meses. Se destaca, asimismo, la caída del desempleo, la desaceleración de la inflación y otros síntomas que pronostican un buen porvenir. Pero esto no se traduce en que los peligros financieros que representa la pandemia hayan pasado a la historia.
Pese a ello, se puede decir que no existen razones para el pánico en lo que al mercado se refiere. La certeza de esta afirmación, es que la delta no es la primera de las variantes del virus. En meses anteriores otras cepas golpearon a la sociedad, encontrándose con una economía sólida.
Para los inversores se puede decir que la necesidad de hacer una venta masiva no está latente. Se debe tener en cuenta que las inversiones en el mercado de valores, por ejemplo, son a largo plazo. En ese sentido, la pandemia se resiste a marcharse, pero la misma está condenada a levantarse. Mientras tanto las inversiones se pueden mantener.
Así se deben preparar los inversores
Pese a que mantener la calma es una de las mejores recetas en las actuales circunstancias, eso no significa que se deba bajar la guardia. Los peligros financieros que representa la variante delta, por poco probables que luzcan, siguen allí.
En ese caso, los inversores deben tener en cuenta qué podría pasar en el peor de los escenarios. Una nueva variante que golpee con fuerza inesperada, afectaría a unos negocios y a otros no. De esa manera los inversores deben enfocarse en los segundos.
En consecuencia, una situación grave, golpearía las empresas de turismo, transporte, aviación, etcétera. Por otra parte, haría recobrar impulso a las firmas tecnológicas. Esto debe recordar a los inversores que las empresas tecnológicas, son de gran peso en la economía.
En un panorama general se puede decir que el debilitamiento de las empresas tradicionales no se puede interpretar como debilidad de la economía en general. Esto porque hay ganadores y perdedores en distintas circunstancias. Una vez más, la clave es estar alerta en los movimientos de reacción del mercado frente a la variante, sin entrar en pánico.
La diversificación del portafolio de los inversores y el continuo estudio de las empresas tecnológicas con mayor potencial, podrían marcar la diferencia.
