Según una conclusión histórica del comportamiento del Nasdaq desde su nacimiento en 1971, el índice podría alcanzar un crecimiento de dos dígitos en 2024. Este pronóstico tiene mucho que ver con la psicología de los inversores y sus reacciones ante determinadas coyunturas históricas.
El primer asunto notable es que, hasta este 26 de diciembre, el índice tiene un crecimiento un poco mayor al 41% en 2023. De mantenerse allí, se trataría de la quinta vez en toda la trayectoria del Nasdaq que cierra un año por encima del 40% de crecimiento. En consecuencia, los patrones de comportamiento apuntan a que el año siguiente se mantendrá una subida de al menos dos dígitos.
En todo caso, las cuatro oportunidades de cierre de año por encima del 40% fueron 1991, 1999, 2003, 2009 y 2020. Seguramente algunas de estas sean familiares a la mente de los lectores. Por ejemplo, 1999 fue el pico de la ola de la burbuja de las dot-com que estallarían al año siguiente. Por otro lado, el 2009 fue el rebote luego de la crisis inmobiliaria de 2007-8. En tanto, el 2020 fue el poderoso año de la demanda tecnológica, las bajas tasas de interés y los estímulos relacionados con la pandemia.
En 1991 estuvo impulsado por la fuerte reducción de las tasas de interés y la rápida victoria de EE.UU. en Iraq. Durante 2003, se experimentó el fin de las liquidaciones masivas de la burbuja de las dot-com e inició el rebote alcista.
¿Qué significa esto para el desempeño del Nasdaq en 2024?
Si se observa la imagen de abajo, se puede notar que en la mayoría de los años posteriores al cierre de 40% la subida continuó. En consecuencia, el promedio de crecimiento del indicador en años posteriores a este cierre es de 13.6%. Debe notarse que esto no es una regla plana para todas las oportunidades. Por ejemplo, en 1999 la subida fue sucedida por la explosión de la burbuja.
En todo caso, el índice Nasdaq podría tener un fuerte crecimiento acorde a ese patrón histórico, considerando lo que sucedió en 2023. Este año se caracterizó por el fuerte impulso que dieron los desarrollos de la IA generativa. Todo apunta a que este crecimiento de grandes dimensiones continuará para 2024. Es importante considerar que el índice está en apenas -8% por debajo de su tope histórico, lo que sugiere que la tendencia se mantendrá.
A todo esto, se suman los esperados recortes de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Un aspecto que los inversores no deben pasar por alto es que los comportamientos históricos no determinan comportamientos futuros en el mundo de las finanzas.
De hecho, estos datos se pueden tomar como algo anecdótico o, arriesgando mucho, como una guía para tener una idea de cuál podría ser la tendencia en 2024. En realidad, los verdaderos determinantes del curso que adoptará el Nasdaq son los desempeños de las grandes tecnológicas. A esto se deben sumar las condiciones macroeconómicas, los nuevos avances en IA, las tasas de interés y los sucesos inesperados.
Algunos posibles sucesos que pudieran tener impacto
El 2024 no será un año plano de buenas noticias, tal como se presenta en la teoría. Es absolutamente probable que se presenten elementos negativos que puedan generar dolor en los mercados. Uno de ellos es el conflicto en Medio Oriente. Por un lado, Israel se niega a quitar el dedo del gatillo y continúa masacrando civiles en Gaza. Esto podría provocar una respuesta de algunos países árabes.
Y la respuesta está en marcha desde Yemen. Las autoridades de ese país, apoyadas por Irán, están listas para intensificar los ataques a la cadena comercial que pasa por el Mar Rojo. En ese sentido, la cadena de suministro podría estar en peligro, lo que perjudicaría el negocio de las empresas tecnológicas.
A esto se suman las tensiones en Ucrania. Las tropas rusas parecen tener la iniciativa en el campo de batalla. Así, una victoria del Kremlin podría provocar estrés en los mercados. Las decisiones de los productores de petróleo y las tensiones geopolíticas podrían llevar a que el precio del crudo se dispare en los mercados de futuros.
Como se puede notar, existen factores de sobra para suponer que el índice Nasdaq podría no tener un año tan idílico como se espera.