Sam Altman, quien es famoso por ser el jefe de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ahora va a la bolsa con una nueva startup. Se trata de la firma de fisión nuclear, Oklo, la cual llegó a un acuerdo para comenzar a cotizar públicamente.
El acuerdo para llegar a la bolsa de valores se realizó por medio de una sociedad de adquisición de propósito especial (SPAC). Este acuerdo valora el negocio en $850 millones de dólares, según informó Financial Times este martes. La empresa que sirvió de contraparte es AltC Acquisition Corporation.
Lo curioso de este acuerdo, es que Altman figura en la jefatura de ambas compañías. Además de ser presidente de la junta de Oklo, también es fundador, junto con Michael Klein (ex ejecutivo de Citi) de la firma de cheque en blanco. De cualquier manera, el empresario parece aumentar su apuesta por otros sectores distintos al de la inteligencia artificial (IA).
El nuevo paso de Sam Altman
Ahora que una nueva empresa patrocinada por Sam Altman va a la bolsa, las apuestas por ella podrán ser considerables. El hecho de que sea uno de los protagonistas del actual boom del mercado podría dar buenas credenciales a las acciones de Oklo.
En todo caso, según los términos del acuerdo, los patrocinadores del SPAC quedaron en algunos puntos de interés. Entre ellos está el de obstaculizar los rendimientos vinculados al patrimonio del fundador. Asimismo, se acordaron períodos de bloqueo que van de uno a tres años, informó el citado portal.
Por otra parte, se conoció que Altman se recusó de todo el proceso de negociación. «Se recusó de todas las negociaciones entre las partes y de todas las discusiones y decisiones de los directorios de Oklo y AltC relacionadas con la transacción», afirmó un portavoz de AltC.
Asimismo, se espera que este acuerdo proporcione al grupo con sede en California unos $5.000 millones. Vale la pena resaltar que esto depende de que los accionistas no vendan las acciones. En tanto, la empresa de fisión nuclear de Sam Altman planea utilizar los recursos para poner a andar sus planes de generación de energía.
En cuatro años, la energía de la empresa comenzaría a salir. Paralelamente, la empresa hizo conocer que parte de los recursos también se destinarán a construir una planta de reciclaje de combustible. Esta última iniciará la marcha en la década de 2030.
Una de las empresas que se proyectan a futuro
Oklo, la empresa que va a la bolsa, forma parte del amplio repertorio de firmas de Sam Altman. El empresario tiene una lista de emprendimientos que él considera que se harán fuertes en el futuro. Algunas de estas empresas pertenecen ahora a campos marginales. Sin embargo, el empresario considera que en un plazo determinado de tiempo se incorporarán a la corriente principal.
De cualquier manera, la forma de SPAC parece una de las más convenientes del empresario para llevar firmas a la bolsa de valores. Este tipo de empresas, también denominadas como compañías de cheques en blanco, son particulares. Las mismas se encargan de recaudar dinero en el mercado de valores para inyectarlo en empresas de denominación privada para hacerlas públicas.
Las SPAC proliferaron durante los años de la pandemia y recaudaron cientos de miles de millones de dólares de los inversores. No obstante, el ascenso no se mantuvo y el bajo rendimiento las hizo salir de la lista de prioridades de los capitalistas.
De allí que se haga curioso que Sam Altman utilice su empresa para patrocinar a otra, también de él, que va a la bolsa. Se trata de una medida rara y poco común, pero que podría reportarle resultados.