El dicho «el remedio es peor que la enfermedad» parece encajar perfectamente con una reciente investigación de la firma de servicios financieros NDVR. Para los expertos de esta empresa, los fondos de cobertura frente a caídas del mercado podrían tener resultados peores que las propias caídas. Aunque el trabajo podría generar polémica, vale la pena ver de cerca su planteamiento.
Uno de los puntos cardinales del artículo de los expertos Roni Israelov y David Nze Ndong, se basa en que las coberturas disponibles son muchas. Asimismo, las situaciones que provocan el derrumbe de los mercados también son variadas. De tal modo, insinúan, se trata de un asunto casi de adivinanza saber cuál cobertura encaja con cuál escenario.
El actual ambiente macroeconómico, marcado por altas tasas de interés e inflación, es muy distinto a la situación que provocó el derrumbe de 2020. En ese sentido, explican que una receta de cobertura exitosa luego del derrumbe asociado con el covid-19 no tendría la misma efectividad en el desplome de 2022. Ante la falta de certeza a la hora de buscar un refugio, los expertos creen que es más seguro resguardarse en el dinero en efectivo.
Las caídas del mercado no siempre responden a los mismos estímulos
Aunque las caídas del mercado de 2020 y 2022 tuvieron los mismos resultados (pérdida de capital de inversión), los contextos son muy diferentes. Ese es precisamente el punto de los expertos de NDVR. En el citado artículo ponen como ejemplo tres estrategias populares de cobertura y muestran cómo cada una de ellas es inefectiva en escenarios de derrumbes no compatibles.
En consecuencia, adivinar cuál es la estrategia ideal es tan complejo como medir el pulso del mercado, advierten. «Diferentes estrategias de cobertura protegen contra diferentes tipos de retrocesos. ¿Y quién sabe cómo será el próximo retroceso?». Agregan que los mercados pueden caer de manera catastrófica en un 30% en una semana o bien entre 30% y 50% en el transcurso del año. De acuerdo a cómo ocurra, las estrategias de cobertura serán exitosas o fallidas, explican.
El trabajo considera que el desarrollo de los mercados durante los últimos tres años se convierte en un laboratorio de grandes enseñanzas. Las caídas del mercado, la vertical de 2020 y la lenta y dolorosa caída de 2022, son ejemplos ideales. En medio de estas, se cuenta el giro provocado por el impulso minorista de finales de 2020 y 2021.
En dos de estos episodios se produjeron caídas del mercado. Esto quiere decir que no existe una estrategia única que protegiera a los inversores de diferentes formas de derrumbe. Si una cobertura para hacer frente a retrocesos cortos se hubiera aplicado para la agónica retirada de 2022, los capitales habrían sufrido más de lo que hubieran experimentado dejándolos en acciones.
Algunos ejemplos de coberturas fallidas
Como ya se dijo, los expertos citan tres estrategias de cobertura y cómo las mismas fallaron por no haberse aplicado en los escenarios que correspondían. Estas se aplican de manera mensual e incluyen contratos de ventas directas, futuros sobre índices y una combinación de opciones. Tal como dicta el manual, todas estas estrategias fallan cuando las acciones se van al alza. No obstante, en escenarios de caídas de mercado, es decir, donde se supone que funcionan, tuvieron un desempeño llamativo.
- La primera de estas estrategias implica poseer el S&P 500 y poner opciones un 5% por debajo del nivel del mismo. Con esto se reduce considerablemente el impacto del derrumbe. La misma tuvo resultados óptimos durante la caída del covid-19 y las pérdidas se redujeron en 3/4 partes. Pero la lenta caída del 2022 provocó pérdidas a los titulares de una manera peor que si solo hubieran poseído el SP.
- La segunda estrategia consta de sostener posiciones largas en futuros en el índice Cboe (VIX) de volatilidad. El rendimiento durante el desplome del covid-19 fue de tal magnitud que borró los 5 años anteriores de pérdidas provocados por acciones alcistas. No obstante, durante 2022 experimentó un colapso lamentable a pesar de las ventas masivas de acciones.
- Finalmente, la tercera estrategia analizada por el artículo se basa en una combinación de opciones que lleva el nombre de «volatilidad larga». Con esta, las opciones de compra y de venta coincidentes se compran al nivel del SPX. Además, se compran al mismo estado tanto a la baja como al alza de ese índice. En la caída del mercado de 2020 esta estrategia ganó un 12% mientras en la de 2022 apenas un 1%.
Ampliando el espectro
El punto que resaltan los expertos tiene que ver con que existen numerosas estrategias de cobertura y ellos solo colocaron tres ejemplos. «Lo que estoy tratando de decir es que hay protecciones de todos los sabores. Solo cubrí tres y la dispersión en los resultados cuando ocurre una reducción puede ser material», recalcan.
Más adelante, los expertos agregan:
«Dado que cada estrategia de protección está diseñada para un tipo diferente de desplome, eso hace que sea difícil determinar cuál es la mejor estrategia de cobertura para implementar».
Todo eso da a entender que existen pocas opciones ante las caídas del mercado. Los más veteranos apuestan por diversificar las opciones de cobertura, lo cual aumentaría las posibilidades de acertar una o varias estrategias dependiendo del tipo de retroceso.