La crisis en OpenAI no es fácil de entender, sobre todo por el rápido desarrollo de los acontecimientos. La intensidad de este drama que inició el viernes (17 de noviembre) dejó perplejos a los seguidores de la tecnología de la inteligencia artificial. Pero en la medida en que baja la marea comienzan a perfilarse algunos ganadores.
Particularmente, la empresa que viene fungiendo como el principal soporte de OpenAI, Microsoft, parece ser la ganadora de toda esta sacudida. La poderosa compañía agregó poco menos de $65 mil millones de dólares a su capitalización de mercado en las últimas horas. Esto último como consecuencia de la contratación del exCEO de OpenAI, Sam Altman, y de su colega Greg Brockman.
Luego del fracasado intento de restituir a Altman, Microsoft anunció el domingo en la madrugada su contratación. De tal manera, de verse como la perdedora en esta situación, la tecnológica paso a convertirse en la más beneficiada. Los inversores recibieron la noticia con gran entusiasmo, lo que llevó las acciones de la firma a alcanzar un máximo histórico de $378.89 dólares por unidad.
Al momento de redactar, las acciones cambian de manos en $372 dólares, según datos de Yahoo Finance. Asimismo, su capitalización de mercado se ubica en $2.77 billones de dólares. Todo esto es un reflejo de lo que alcanzó la gigante con los audaces movimientos de su CEO, Satya Nadella.
La crisis de OpenAI podría terminar muy mal
Como se puede advertir, la crisis que vive OpenAI es tan profunda que podría amenazar la existencia misma de la firma. Lo que parece ser el golpe de gracia se produjo el lunes con una rebelión de los empleados. En una sorpresiva carta, 500 de 700 empleados dieron un ultimátum a la directiva de la firma.
Los trabajadores piden a la directiva que restituyan a Altman en su puesto de CEO y luego renuncien. De no hacerlo, los empleados renunciarán en masa y seguirán a Altman en su nuevo proyecto dentro de Microsoft. En palabras simples, la firma dirigida por Nadella se presenta como un agujero negro capaz de absorber todo el espíritu de OpenAI y dejar solo una cáscara con el nombre.
Aunque existen muchas sospechas alrededor de este accionar de Microsoft, lo cierto del caso es que no tenía alternativa. En ese sentido, si no actuaban rápido, sus principales rivales, Alphabet, Amazon o Apple, iban a hacer lo propio para tratar de llevarse parte del pastel.
Por otro lado, se destaca que el asunto también está fuertemente influido por la disputa entre los denominados doomers y boomers. Se trata de dos grupos con visiones diametralmente distintas sobre el desarrollo de la IA. Así, la crisis de OpenAI estaría marcada por muchos elementos que van desde el poder de las grandes tecnológicas hasta el asunto filosófico.
Los hechos todavía están muy borrosos como para tener una idea de cuál será el desenlace. Pese a ello, parece que Microsoft tiene todo bajo control. En el peor escenario, no se puede descartar que otras empresas como Alphabet o Amazon se queden con la junta rebelde si OpenAI se desmorona.