A medida que avanza la inflación, los bancos centrales se apresuran en endurecer sus políticas monetarias para «enfrentar» esta situación. No obstante, el Banco de Inglaterra presenta una postura con la que la Libra esterlina está cayendo en la actualidad. Los analistas prevén un trayecto desfavorable para la divisa británica, en el caso de que la entidad financiera siga emitiendo políticas similares al presente.
Debilidad extendida del GBP
En medio de una tanda inflacionaria que afecta al mercado de las divisas, la Libra esterlina es influenciada por las políticas de la banca central. Si bien se han registrado nuevos movimientos en diferentes entidades bancarias (para frenar la inflación), no todos actúan a la misma «velocidad».
De esta manera, encontramos posturas como la de la Reserva Federal, con un accionar «brusco» frente a dicha inflación. Por otro lado, encontramos el caso de la Libra esterlina, quién está cayendo relativamente, respecto de otras divisas de renombre.
Las decisiones tomadas por la entidad financiera británica se hacen dentro de una narrativa más «flexible», mientras que la FED da «fuertes pasos». En tal sentido, los analistas consideran que esta situación coloca en desventaja al GBP, que pierde terreno en los pares de divisas.
Políticas «flojas» del Banco de Inglaterra
A pesar de que otros bancos «endurecen» rápidamente su trato a la economía (con tasas de intereses más altas), la banca central de UK permanece en un nivel intermedio. La entidad financiera crea debilidad en el GBP al querer obtener algún «equilibrio» entre el control a la inflación y la reducción de la apertura económica.
Con base en ello, el análisis de Goldman Sachs apunta a que, en el ritmo actual, la divisa británica descendería aún más. La ruta que está tomando en cuanto a las tasas de intereses (inferiores a la de otros bancos), está impactando en la cotización de la Libra esterlina, que sigue cayendo frente al USD y el Euro.
Aunque se generó otro aumento de las tasas la semana pasada, en 25 puntos básicos, seguiría siendo un aumento «flojo». Las expectativas de los inversores siguen ubicándose en niveles superiores, que serían siendo necesarios para dar un «golpe» más certero a la inflación de los precios de bienes y servicios.
A este escenario se le suma el conflicto geopolítico de Ucrania, los estragos en las cadenas de suministros, y la encrucijada política que vive el país. Estos aspectos crean debilidad en los procesos económicos. La demanda de los consumidores empuja cuesta arriba a la inflación, que se sitúa en el 9% interanual, según el último reporte.