El Banco Mundial recortó el martes su pronóstico de crecimiento global. Y advirtió que muchos países podrían caer en recesión a medida que la economía se desliza hacia un período de estanflación que recuerda a la década de 1970.
Para mejor entender, la estanflación indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede. En otras palabras, es una situación económica de un país que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios y el aumento del desempleo.
Específicamente, según el Banco Mundial en su informe «Perspectivas Económicas Mundiales», se espera que la expansión económica mundial caiga al 2,9% este año desde el 5,7% en 2021.
«Se enfrenta a una inflación elevada y a un crecimiento lento al mismo tiempo. Incluso si se evita una recesión mundial, el dolor de la estanflación podría persistir durante varios años a menos que se pongan en marcha importantes aumentos desde el lado de la oferta».
Banco Mundial recorta su pronóstico de crecimiento global
Igualmente, también ha anticipado que la mezcla entre las secuelas económicas del COVID-19 y la guerra en Ucrania podrían ocasionar un «período prolongado de crecimiento débil e inflación elevada», y ha alertado sobre un aumento en el riesgo de estanflación.
Por esto, la entidad advierte que este ritmo se mantendrá durante el 2023 y 2024. Debido al progresivo abandono de las políticas fiscales y monetarias, a los efectos negativos de la guerra en la inversión y al «desvanecimiento de la demanda reprimida».
Al respecto, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, expresó: «La guerra en Ucrania, los bloqueos en China, las interrupciones en la cadena de suministro y el riesgo de estanflación están afectando el crecimiento. Para muchos países, la recesión será difícil evitar».
Además, añadió: «Los mercados miran hacia adelante, por lo que es urgente incentivar la producción y evitar restricciones comerciales. Se necesitan cambios en la política fiscal, monetaria, climática y de deuda, para contrarrestar la mala asignación de capital y la desigualdad».
Ahora bien, se proyecta que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere del 5,1% en 2021 al 2,6% en 2022. Por cierto, se espera que el crecimiento se modere aún más al 2,2% en 2023.
Mientras tanto, se prevé que la expansión en las economías de mercados emergentes y en desarrollo caiga al 3,4% en 2022 desde el 6,6% en 2021. Muy por debajo del promedio anual del 4,8% entre 2011 y 2019.
Un período de estanflación que recuerda a la década de 1970
Curiosamente, en este informe el Banco Mundial ofrece lo que llama la «primera comparación sistemática» entre la situación actual y la de hace 52 años. Por lo cual, existen varias concordancias:
- Perturbaciones del lado de la oferta.
- Perspectivas de debilitamiento del crecimiento.
- Vulnerabilidades que enfrentan las economías emergentes con respecto al endurecimiento de la política monetaria que será necesario para controlar la inflación.
Sin embargo, también existen diferencias:
- Fortaleza del dólar estadounidense.
- Precios del petróleo. Generalmente más bajos.
- Balances generales sólidos en las principales instituciones financieras.
A manera de cierre, el Banco Mundial exhortó a los políticos a coordinar la ayuda a Ucrania. Igualmente, equilibrar el aumento de los precios del petróleo y los alimentos y establecer un alivio de la deuda para las economías en desarrollo.
Me despido con esta frase de David Malpass: «La economía mundial está de nuevo en peligro».
