En el estudio de las relaciones internacionales, es mucho lo que se habla de China y su increíble expansión económica; incluso se prevé que pueda superar en términos económicos a Estados Unidos, la economía más grande del mundo. Claro está que esto da mucha tela que cortar; sin embargo, desde EnQuéInvertir, te damos un abreboca de la evolución económica de China y su desempeño en contraste con la potencia hegemónica del mundo.
Un crecimiento continuado
Lo primero que es necesario entender cuando hablamos de China, es que en realidad, su crecimiento económico no es nada nuevo. Así, la evolución económica de China no ha dejado de aumentar desde 1977, a un ritmo de al menos 4% en su índice de PIB anual. Todo esto pese a que los progresos más espectaculares en términos estadísticos los empezamos a ver en la década del 2000.
En términos más actuales, incluso dentro de la debacle económica global producto del COVID-19, China funge como uno de los pocos países, que aun a lo largo de la pandemia, logró registrar algún crecimiento económico. Así, el PIB chino creció durante el 2020 un 2,3%.
Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento para el 2021 de un 8,1%. Pero esto no acaba aquí, ya que también al hablar de China, debemos entender que nos referimos al mayor exportador a nivel global. Dicho esto, no sorprende que un tercio de las mercancías importadas del mundo salen desde aduanas chinas.
China vs. Estados Unidos
Con esto datos en mente, resulta lógico preguntarnos si realmente China podría superar en términos económicos a la mayor economía del mundo. Vale decir entonces que la dinámica internacional parece dar indicios de un sí.
En primera instancia, es necesario resaltar que Estados Unidos viene registrando un incremento de su PIB mucho más lento que su competidor asiático, creciendo en un rango que va desde 1,5% hasta los 2,9%, partiendo desde la crisis global del 2008 hasta el año 2019. Durante la coyuntura del COVID-19, su economía se contrajo 3,5%. Del mismo modo, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento económico del 5,5% para la potencia hegemónica del mundo para el 2021; número que, aunque deseable, es considerablemente menor al de su rival asiático.
Resulta interesante señalar que, ya desde el seno de entidades bancarias como el Banco de América, se considera posible que China pueda duplicar el producto interno bruto del país y su ingreso per cápita en los próximos 15 años; algo que eventualmente requeriría un crecimiento anual superior al 4,5%. De darse esta realidad, estaríamos hablando de un nuevo líder de la economía global en los próximos 8 años.
Dudas en torno a la potencia asiática
Sin embargo, esto no está exonerado de inquietudes. Es necesario tener en cuenta que las estadísticas ofrecidas por los entes gubernamentales chinos siempre han sido objeto de suspicacia. Así, al hablar de un sistema de gobierno que se caracteriza por el hermetismo, muchas veces resulta complicado confirmar las cifras o confiar plenamente en su transparencia.
Del mismo modo, también es de señalar que no solo las cifras a nivel de producción son altas, sino que además su nivel de deuda también lo es. Así, se habla de un endeudamiento chino que para el 2019 alcanzaba el 54,7% de su PIB registrado para ese mismo año; lo que nos permite hablar entonces de uno de los países más endeudados del mundo.
Vale decir también que las diferencias intrarregionales chinas también generan escepticismo. Así, basta con una imagen satelital nocturna del territorio nacional chino para exhibir las grandes diferencias de desarrollo e infraestructura, entre la región rural occidental y la altamente modernizada región oriental.
Vale también acotar que al hablar del crecimiento económico, habría que tener en consideración el impacto ambiental que supondría un crecimiento anual del PIB chino de un 4,5%; el cual, según organismos internacionales como la ONU, parece no ser sostenible de cara a los efectos del cambio climático.
Así, aunque la evolución económica de China nos invita a pensar sobre un nuevo líder en la economía global, esta posibilidad parece no estar exenta de riesgos en el futuro.