En los últimos meses se ha convertido en un punto en común para ciertos opinadores el considerar que China ya ha dejado atrás la crisis del COVID-19. Y es que, el manejo efectivo del gigante asiático para evitar la propagación del virus dentro de su territorio, así como las cifras de crecimiento que han presentado, ha hecho que muchos olviden los efectos que todavía sufre el país en medio de la pandemia. Así, a día de hoy la economía china aún no se recupera totalmente de los peores embates del virus.
Los golpes del COVID-19
El COVID-19 ha sido una verdadera tragedia para la humanidad. Todos los países del mundo han sufrido en mayor o menor medida los efectos de la pandemia generada por el virus nacido en la ciudad china de Wuhan. Ya sea con un elevado número de vidas perdidas, con un colapso total de la actividad económica, o con ambas cosas a la vez, todos hemos pagado por la expansión del virus a nivel mundial.
Sin embargo, no todos han sufrido de la misma forma. Pues, mientras países como los Estados Unidos nunca han logrado realmente superar los efectos del virus. Y naciones en vías de desarrollo como Perú y Ecuador estuvieron cerca de vivir verdaderas crisis humanitarias por culpa del COVID-19. Otras naciones han logrado llevar adelante un manejo relativamente efectivo del virus.
Entre estos países se encontraría en primer lugar China. País en dónde se originó el COVID-19, y que durante los primeros tres meses del año batalló duramente contra su esparcimiento. Estableciendo medidas draconianas de distanciamiento social, con las cuales sufrió cifras de víctimas mínimas en comparación con países occidentales. Pues, incluso si se disputan las 4.781 víctimas mortales reportadas por el gobierno de Beijing, sin duda el número final de muertes por el COVID-19 en China fue muy bajo. Sobre todo comparado con países como Estados Unidos o el Reino Unido.
La recuperación de la economía china
Esta diferencia en el manejo del virus por parte de China y occidente, llevó a muchos analistas a considerar que la economía del país asiático ya se encontraba recuperada. Especialmente luego de las positivas cifras de crecimiento presentadas por el gobierno. Sin embargo, la crisis del COVID-19 podría ser mucho más profunda de lo que muchos reconocen a primera vista.
Así, un sondeo de la actividad económica trimestral, realizado por China Beige Book, ha encontrado preocupantes problemas en la economía china. Entre ellos se encuentra un agudo descenso en el consumo de artículos de lujo, ropa, y comida durante el último trimestre del año comparado con el trimestre anterior. Esto en contraste con el aumento en las ventas de automóviles y muebles, lo que mostraría una diferencia en la capacidad de consumo entre la clase media y la clase baja china.
Por otra parte, los niveles de endeudamiento también generan preocupación, especialmente en el sector de la venta minorista, en donde los niveles de rechazo a las solicitudes crediticias se dispararon hasta un 38%. Mostrando la situación delicada en que se encuentra el sector.
De esta forma, para China Beige Book parece claro que la recuperación económica en el país está siendo guiada por el sector industrial, y no por los consumidores. Lo que haría la recuperación de la economía china mucho más complicada de lo que muchos analistas prevén en sus análisis.
