El mal momento en el mercado de viviendas y el lento desenvolvimiento luego de la pandemia hacían pensar que China sería la gran decepción. A todos estos problemas se suma la falta de confianza de los inversores y los riesgos deflacionarios que acechan su economía. Sin embargo, China alcanzó sus metas de crecimiento de 2023.
Este miércoles, los reportes de las autoridades del país comunista deberían confirmar el crecimiento del PIB del 5.25% en 2023. A pesar de esta victoria, que parecía improbable hace algunas semanas, el gigante asiático está lejos de la tranquilidad. Al momento de redactar se está a la espera de los anuncios del banco central de reducir las tasas de un año y un aumento de la liquidez en el mercado.
De cualquier manera, la segunda economía mundial se prepara para un 2024 que también está lleno de desafíos y pronósticos sombríos. No se debe perder de vista que los mayores problemas para el crecimiento económico del país se hicieron mayúsculos durante el tercer trimestre de 2023. Eso hace pensar que podría tratarse de una tendencia que se mantendría hasta bien entrado el 2024.
Para Bloomberg, algunos resultados de diciembre son poco referenciales debido a que en el mismo período de 2022 el país estaba en medio de cuarentenas. En palabras simples, los sólidos números en ventas minoristas y salidas industriales no son tan positivos como se presentan en el papel.
Las nuevas metas de China
Ahora que es casi seguro que China alcanzó las metas de crecimiento planteadas en 2023, la mira se pone en las nuevas proyecciones. Está pendiente la acostumbrada sesión legislativa del mes de marzo en la que se fijarán las metas de crecimiento económico para 2024.
La mencionada amenaza deflacionaria es uno de los factores que hace pensar en que el crecimiento no será muy optimista. En diciembre, la inflación en China cayó por tercer mes consecutivo, en lo que es el mayor hilo deflacionario registrado desde el año 2008. Por su parte, las exportaciones parecen estabilizarse luego de retroceder durante casi todo el año 2023.
Para algunas instituciones como Société Générale, el crecimiento económico del país comunista será de 4.5% en 2024. Este pronóstico se realiza suponiendo grandes peligros como la deflación y la prolongada agonía del mercado de vivienda, pero también contando las medidas paliativas de las autoridades. En consecuencia, si las medidas incluyen apoyo al sector de bienes raíces y se mantiene la reducción de tasas claves, el banco central tendría más margen de maniobra.
«Si el gobierno chino está dispuesto a intensificar la política fiscal incluso más de lo que pronosticamos actualmente, es probable que el crecimiento sea del 5%», explican los estrategas de la firma.
Durante el mes de diciembre, la inflación IPC interanual en esa nación cayó en 0.3%. Mientras tanto, el índice de precios al productor sufrió un desplome de 2.7%. Al contrario de la inflación (subida), la deflación (caída) no es algo positivo. De hecho, es la otra cara de la moneda que pone en jaque las ganancias de las empresas y amenaza con fuertes sacudidas conocidas como crisis de superproducción relativa. Sea como sea, China no se intimidó por el panorama y terminó por cumplir sus metas.