La situación en la que se encuentra el mercado del dólar estadounidense demarca un escenario de fuertes alzas y retrocesos. Durante todo el mes pasado, el índice DXY mostró un rendimiento que no lograba estabilizarse.
Producto de dicha tendencia, la puntuación se encuentra retrocediendo de los picos sobre las 93 unidades alcanzadas a mediados de agosto. Mientras que la puntuación cambia a un ritmo bajista, los operadores están a la expectativa de lo que pueda resultar del mes entrante.
Los factores que influyeron durante agosto
A medida que pasaban los días de agosto, el ambiente donde se situaba el dólar estadounidense se tornaba volátil. El rumbo del mercado estuvo determinado por la expectativa de los inversores frente a las cifras económicas del momento. La mejora en la generación de nuevos empleos por sobre 900.000 en julio fue crucial para que el índice DXY se impulsara.
Asimismo, cuando la confianza de los operadores mejoraba en Estados Unidos, el incremento de los contagios por COVID-19 en otros lugares apresuraba los movimientos del mercado. Esta situación llevó a que los inversores de otras divisas en países como China, Australia y Nueva Zelanda buscasen refugio.
Por otro lado, al momento que la inflación parecía estabilizarse durante agosto, la Reserva Federal se mostraba optimista para retirar sus estímulos económicos. No obstante, la FED reiteró la permanencia de unas tasas de intereses bajas en los próximos meses, lo cual hizo retroceder el fortalecimiento del USD.
Mientras que el pánico del mercado frente a la pandemia disminuía, el alza en el índice DXY perdía fuerza. Además, la postura no tan radical de la Reserva Federal calmó las tensiones entre los inversores. La posterior disminución de contagios en China también contribuyó a que el crecimiento del dólar se ralentizara.
Un rendimiento mixto
El ritmo que tuvo el mercado del dólar estadounidense en las últimas semanas se caracterizó por permitir una fuerte subida. Al comenzar agosto, el índice DXY se ubicaba en los 91,87 puntos, nivel del cual avanzó hasta 92,88 en una primera tanda alcista.
Durante el trayecto, los operadores buscaron alcanzar niveles superiores a las 93 unidades. Dicho objetivo pudo lograrse con un primer pico en 93,16 puntos, el pasado 11 de agosto. Luego de allí, se presentó una fuerte corrección que hizo retroceder la puntuación hasta 92,51.
A pesar de la caída, el patrón de crecimiento se mantuvo con varios rebotes que permitió fuertes repuntes tras cada retroceso.
Lo cierto es que desde la corrección en el índice DXY previa al simposio de Jackson Hole, no se han registrado más repuntes. Al romperse la barrera de 92,88, la puntuación cambió su rumbo hacia una tendencia bajista que persiste en la actualidad.
Tras no poder superar la resistencia de 92,74, el mercado consolidó el ritmo bajista de la última semana. Actualmente, la puntuación ya rompió el soporte de 92,50, retornando a las posiciones de los primeros días de agosto y encontrándose en 92,43 al momento de realizarse esta publicación.
¿Se mantendrá la tendencia?
Por los momentos parece que el mercado no tiene la fuerza suficiente como para buscar una recuperación. Después de retornar a los niveles oscilatorios de julio, se observan varios soportes, siendo el primero en 92,21. Ya luego habría que confirmar la ruptura de otros soportes en 91,95 y 91,83 para determinar una posible continuación del ritmo bajista en los próximos días.
Los operadores tendrían en la mira durante septiembre las nuevas cifras de empleo, los precios al consumidor y la próxima reunión de la banca central estadounidense. Dicho encuentro se llevará a cabo a finales del mes.
