Según las expectativas de Wall Street, el 2024 será un año de recorte en la política monetaria de la Fed. Sin embargo, algunas dudas emergen recientemente con respecto a estas posibles reducciones de la mayor tasa de fondos federales en más de 22 años.
En tanto, la pregunta del millón del banco central no es si debe realizar los recortes de tipos, sino cuál sería la motivación para hacerlos. Vale la pena mencionar que la inflación viene retrocediendo de manera dramática luego de colocarse en altos de 4 décadas. Esto hace que los recortes sean altamente probables para el año que viene.
No obstante, la aplicación de esos recortes a los tipos podría darse no en los términos que esperan los analistas de Wall Street. Volviendo a la pregunta de las razones para hacer cortes, se debe destacar que hay dos respuestas. La primera es porque bajó la inflación y se alcanzaron los objetivos. La segunda es para evitar una recesión de dimensiones poco claras.
En ese sentido, si la respuesta es la primera, entonces sería algo bueno para los mercados e inversores. Pero la situación cambia completamente si el escenario es el segundo.
¿Cuál es el escenario que motivaría a la Fed?
Llegados a este punto, se puede decir que las motivaciones de la Fed para hacer recortes de tasas en 2024 determinarían el ambiente en EE.UU. Así, si las medidas se producen para evitar un desastre económico, entonces se podría decir que la receta del banco central no cumplió los objetivos de manera exitosa. En términos simples, las tasas bajaron por temor a llegar a las últimas consecuencias.
No se debe perder de vista que el feliz aterrizaje suave de la primera posibilidad es un escenario raro en la historia. Por lo general, las medidas fuertes de política monetaria para bajar la inflación terminaron en recesión. En el mejor de los casos, se puede decir que los aterrizajes fueron forzados.
Con la Reserva Federal actuando para evitar la recesión, se podría dar el escenario de un incremento notable del desempleo. Esto último estaría acompañado por las consecuentes caídas en el gasto minorista y un lento crecimiento económico. En resumen, las ganancias corporativas caerían nuevamente y sería necesario llevar la tasa de vuelta a cero.
Para los mercados, repetir el ciclo que provocó la subida de la inflación en 2021-2022 podría ser alarmante. «Quieren recortes de tipos porque la economía se ha enfriado y la inflación se ha enfriado, no porque la economía esté en recesión», dice a Bloomberg Diane Swonk de KPMG en tono optimista. Pese a ello, las medidas de la Fed de los últimos meses dejan poco lugar para el optimismo. Por otra parte, si la economía no se desploma, entonces habría lugar para recortes más suaves y espaciados.
¿Habrá recesión en la economía estadounidense?
Con todos los elementos nombrados arriba en perspectiva, se puede decir que ahora todo depende de las cifras mensuales y trimestrales. Muchos expertos visualizan un empeoramiento de las condiciones, lo cual llevaría la economía a la recesión a finales de año.
No obstante, los datos macroeconómicos parecen contradecir esa aseveración, al menos hasta ahora. En consecuencia, Según el informe de noviembre recientemente liberado, los datos apuntan a que el desempleo descendió hasta 3.7% desde el 3.9% de octubre. De igual manera, el salario promedio se mantiene en uno de sus puntos más fuertes en décadas.
Al mismo tiempo, las nuevas nóminas nuevamente se colocaron a las puertas de los 200.000 puestos de trabajo no agrícolas. El gasto minorista, aunque está notablemente afectado, no muestra señales graves de problemas.
A pesar de todas estas señales de economía fuerte, no se debe olvidar que las bases sobre las que descansa esa fortaleza son frágiles. En ese sentido, cualquier error de la Fed en 2024, por mínimo que sea, podría dañar irremediablemente los indicadores y llevar la economía a la recesión.