El rublo se disparó hacia niveles no vistos desde hace 7 años, recuperándose por completo del crash que desencadenaron los bloques tras el ataque a Ucrania.
A pesar de que esta podría ser una buena noticia para los que tienen ahorros guardados en esta moneda, la realidad es que esto socava los ingresos del gobierno y el atractivo de las exportaciones.
El reciente repunte de la moneda rusa es el más grande en las últimas dos décadas, y el gobierno quiere frenarlo. Ahora el debate en Moscú gira en torno a si el banco central debería buscar un tipo de cambio óptimo.
El máximo en el que se encuentra el rublo no es atractivo para el gobierno
Desde el mínimo de 0,0065 USD alcanzado en marzo de este año, el rublo ha aumentado casi un 180% para situarse hoy en 0,018 USD, el precio más alto desde julio de 2015.
Esto ocurre aun cuando los formuladores de políticas monetarias redujeron la tasa de referencia en 1.050 puntos básicos, y relajaron los controles de capital introducidos luego de las sanciones por parte de gobiernos occidentales.
Si bien el gobierno ha utilizado el repunte de la moneda como evidencia para demostrar que Rusia superó las sanciones internacionales, desconfían de que la continuación de esta tendencia podría perjudicar la competitividad del país con respecto a exportaciones, y las finanzas relacionadas con el presupuesto nacional.
Las razones detrás del repunte
El gobierno ha intentado frenar el impulso del rublo, relajando la política monetaria, pero esto ha tenido poco impacto. La razón de esto son las restricciones que existen en el país para realizar transacciones en dólares, y la escasa demanda de la moneda estadounidense en medio del colapso de las importaciones rusas.
El primer viceministro, Andreyy Belousosv, asegura que las autoridades competentes coincidieron en un objetivo fijo para el rublo, priorizando el crecimiento económico. El objetivo es alcanzar una tasa óptima de entre 70 y 80 rublos por dólar.
Sin embargo, poco después un alto funcionario del banco central ruso se expresó en contra de esta visión.
Alexei Kudrin, exministro de finanzas de Putin, indicó que es poco probable que Rusia considere la opción de fijar un precio «óptimo». Otros analistas coinciden en que las autoridades carecen de medios para influir sobre la moneda.
El rublo está en una montaña rusa
Desde la invasión de Rusia a Ucrania, el rublo ha fluctuado con muchísima volatilidad.
En un principio, la guerra provocó grandes pérdidas para quienes poseían la moneda rusa, llevando a la moneda a un mínimo histórico de 121,52 rublos por dólar. Esto ocurrió mientras Estados Unidos y Europa buscaban aislar a Rusia del sistema financiero internacional.
Sin embargo, después de que Moscú impulsó la venta obligatoria de divisas a los exportadores, y comenzó a exigir el pago en rublos de algunos productos energéticos, el repunte de la moneda fue monumental.
A corto plazo, las medidas ayudaron al país a evitar una crisis cambiaria. Sin embargo, ahora es una precaución para el banco central, pues esto socava los ingresos en el sector exportación, debido al encarecimiento de los productos rusos en el extranjero.
A pesar de la relajación de las medidas por parte del banco central, las ganancias continuaron. Esto nos dice que los comerciantes esperan una mayor relajación de los controles de capital, y más medidas para lograr reactivar la demanda de los consumidores.
Hoy, en el gráfico mensual rublo vs. dólar, vemos como el precio se mantiene en un máximo de 7 años, luego de una recuperación absoluta desde el crash visto a comienzos de marzo. Una fuerte divergencia entre el RSI y el gráfico del precio ya anunciaba este posible repunte.
La tendencia a largo plazo sigue siendo muy bajista para el RUB (esto lo podemos observar viendo la SMA de 200 periodos por encima del precio).
Ahora podríamos ver una búsqueda de la resistencia en los 0,019 USD antes de que ocurra una corrección a la baja.