Este 11 de julio representará un día importante para toda Europa y para Alemania en específico, ya que el principal conducto de gas ruso a Europa dejará de funcionar a partir de este lunes para un mantenimiento de 10 días. Por ello, Alemania y sus aliados se están preparando para una posible orden de Vladímir Putin en la que corte los flujos de gas indefinidamente.
En caso de que Moscú informe que el gaseoducto «Nord Stream» no volverá a funcionar según lo planeado, es probable que el gobierno de Alemania active diversas medidas de emergencia como el racionamiento de energía y los rescates de empresas de energía.
Las consecuencias del corte de gas ruso, significarían una profunda recesión para la principal economía de Europa, creando un efecto dominó en todo el continente.
«¿Estamos preocupados? Sí, estamos muy preocupados», expresó Christian Kullmann, el director ejecutivo de la importante compañía de químicos alemana, Evonik Industries AG. «Sería ingenuo y soñador no estar preocupado», agregó.
Debido a la dependencia alemana del gas ruso y la falta de alternativas en el corto plazo, esta podría ser la mejor oportunidad para el Kremlin de infligir daño a Europa en represalia por las sanciones occidentales y el apoyo a Ucrania.
A pesar de que Rusia ha negado en numerosas ocasiones que esté usando la energía como un arma, los expertos señalan que es un hecho.
Actualmente, Europa está desesperada por llenar sus almacenamientos para mantener los hogares calientes y las fábricas operando durante el próximo invierno. Por ello, al perturbarse aún más los mercados energéticos, mayores serán los precios y más tiempo tendrá Rusia para cosechar las recompensas.
«Rusia tiene un límite de fichas con el que puede jugar», dijo Olga Khakova, subdirectora del Centro de Energía Global del Atlantic Council. «El gobierno ruso está tratando de maximizar las herramientas que les quedan», agregó.
Las décadas de negociación con Rusia en forma de principal socio energético de Europa y el mundo, se han ido por la basura tras los meses transcurridos desde la invasión a Ucrania por parte de Rusia en febrero.
Actualmente, Alemania no tiene algún pronóstico de los planes rusos, debido a las líneas de comunicación cortadas con el gigante ruso del gas «Gazprom PJSC».
A pesar de que Rusia no ha informado ninguna decisión, Alemania ha estado preparando gradualmente a sus ciudadanos para los tiempos difíciles que se avecinan. Recientemente, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, comparó la actual situación con el aumento de la inflación en las décadas de 1960 y 1970 y advirtió que «no terminará pronto».
También, el ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, ha señalado a las anteriores crisis financieras, advirtiendo de un contagio similar al de Lehman Brothers y ha hecho eco de Mario Draghi, quien como jefe del Banco Central Europeo en ese momento prometió hacer «lo que sea necesario» para salvar el euro.
Sin embargo, esta vez el objetivo sería evitar el colapso de los mercados energéticos europeos y las consecuencias negativas que tendría para la industria interna.
El impacto de la contracción de la energía se vuelve cada vez más tangible. La ciudad de Múnich, disminuyó la temperatura de sus piscinas públicas, la ciudad de Colonia está atenuando las luces de las calles y Hamburgo ha planeado hacer que el agua caliente solo esté disponible en ciertos momentos del día.
Por otro lado, las oficinas y apartamentos en Berlín están disminuyendo la temperatura de los termostatos. Por ejemplo, Vonovia SE, el grupo inmobiliario más grande de Alemania, reducirá las temperaturas nocturnas en la mayoría de sus apartamentos a 17 grados Celsius.
En la lucha por prepararse, la administración de Olaf Scholz está reforzando sus poderes. Recientemente, se aprobó de manera apresurada, una legislación que le permitiría adquirir participaciones al gobierno para rescatar empresas energéticas alemanas en apuros como «Uniper SE».
La empresa Uniper SE es el mayor comprador de gas ruso de Alemania y un proveedor clave de las empresas de servicios públicos locales. Cabe destacar que este viernes, Uniper SE pidió un rescate al gobierno alemán, ya que «se estaba quedando sin liquidez».
El director ejecutivo de Uniper SE, Klaus-Dieter Maubach, advirtió que Uniper pronto no tendría más remedio que retirar el gas del almacenamiento, aumentar los precios para los clientes e incluso reducir el suministro de gas. Este sería exactamente el tipo de efectos colaterales que Habeck desea evitar mientras trata de defender la economía alemana de las políticas rusas.
«No permitiremos que una empresa de importancia sistémica quiebre y, como resultado, provoque la agitación del mercado mundial de la energía». Expresó Habeck en respuesta a la declaración de Uniper, y agregó que la forma del apoyo aún estaba en discusión.
Asimismo, para combatir la actual crisis energética Alemania también está retrocediendo en sus compromisos ambientales al reactivar las plantas de carbón suspendidas para generar más electricidad. Esta medida permitiría al país reducir la cantidad de gas utilizado para generar energía en un 52% durante los próximos 12 meses.
En los últimos meses, Alemania ha tenido como objetivo llenar sus almacenamientos al menos en un 90% para noviembre. Actualmente, el nivel de almacenamiento de gas de Alemania es de aproximadamente 63%, pero la tasa de llenado caerá cuando Nord Stream esté en mantenimiento.
Por otro lado, la industria de Alemania se están preparando acumulando reservas, buscando combustibles alternativos y analizando los riesgos de apagar los equipos. Asimismo, los fabricantes del país vecino Polonia también se están preparando para el racionamiento.
«Estar preocupados por eso no es suficiente», comentó Christian Kullmann de la empresa Evonik. Además, agregó: «No estamos en un seminario universitario discutiendo sociología, es necesario tomar medidas y tenemos que prepararnos para el peor escenario».
Sin embargo, inclusive si no hay un cierre de Nord Stream, las acciones del gobierno ruso ya han afectado negativamente la economía de Europa.
Incluso sin un cierre completo de Nord Stream, Putin ya ha dañado la economía de Europa. La institución financiera neerlandesa «ING», pronostica que la zona euro «sucumbirá a una recesión independientemente de los próximos movimientos de Rusia en materia energética».
A medida que aumenta la tensión, el ministro alemán, Habeck, ha recurrido a medidas desesperadas. Esta semana, el ministro realizó una solicitud pública a Canadá para liberar una turbina de Nord Stream, que estaba en el país para reparaciones, pero que quedó retenida por las sanciones occidentales.
Esta es una clara señal de que el gobierno de Alemania es consciente de que le quedan pocas opciones.
«Fue un grave error que Alemania dependiera tanto de un país para el suministro energético, y este país es Rusia», expresó Habeck en una entrevista. Y además agregó: «Tomó décadas construir la dependencia del gas ruso, y estamos tratando de cambiar esto ahora en meses».
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