¿Impuesto al trading? Biden sopesa la posibilidad

Es claro que la administración de Joe Biden enfrenta cuantiosos retos de cara al futuro. Entre sus grandes responsabilidades está la estabilidad del sistema financiero. Así, luego del escandaloso caso de GameStop, Biden sopesa la posibilidad de colocar impuestos sujeto al trading en la bolsa. Aquí te relatamos los pormenores.

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Impuestos al trading

El caso GameStop sin duda encendió las alarmas en Wall Street. Cuando el vertiginoso aumento del valor de las acciones proyectadas a la baja (o short squeeze) de la popular tienda de videojuegos ocurrió, los defensores de las regulaciones en Wall Street saltaron a la escena proclamando la necesidad de controles en el mundo financiero. Pues bien, parece que su llamado de auxilio ha sido atendido, aunque quizás no en la forma en la que esperaban.

Así, Biden anunció la posibilidad de establecer un impuesto al trading. Entre las opciones sobre la mesa, la más popular es la de establecer una tasa de 1 dólar por cada 1000 USD de movimiento en el mercado; cosa que, no era de extrañar, es despreciada en Wall Street. Sin embargo, muchos en el seno del partido Demócrata muestran su aquiescencia a la iniciativa; entre ellos Maxine Waters, Presidenta del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos.

Vale decir que sería una medida que, aunque impopular, lograría nutrir las arcas del Estado de una manera significativa. Así, según sondeos de La Oficina de Presupuestos del Congreso de los Estados Unidos, se podrían obtener hasta 777 millones de dólares durante una década; con una tasa impositiva de solo 0.1% en concepto de transacciones de acciones, bonos, etc. Una cifra nada despreciable si tenemos en cuenta elementos como la deuda externa americana, la cual podría aumentar hasta un 102% de su PIB para este año.

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¿Motivos para preocuparse?

Los inversionistas minoritarios; entiéndase, aquellos que no llevan a cabo operaciones con sumas exorbitantes de dinero, pueden estar tranquilos, ya que de aprobarse la medida, esto no representa un mayor impedimento para llevar a cabo sus transacciones financieras. De esta forma, si una persona invierte anualmente un monto de 5.000 USD en fondos tranzados en bolsas; en realidad, para final del año, habrá pagado solo 5 USD al fisco; el equivalente a un combo Big Mac de McDonald´s.

De esta forma, el impuesto no tendría efectos a largo plazo, ya que la tasa impositiva estaría sujeta a la inversión anual, no a la recompensa que se pueda percibir en el futuro. En otras palabras, el impuesto aplicaría a lo realizado en cada periodo fiscal, dejando inmune la recompensa que se pueda obtener en plazos claramente apartados de los tiempos del fisco nacional.

Claro está que la cuestión se complica cuando hablamos de transacciones mucho más elevadas como a las que, eventualmente, Wall Street nos tiene acostumbrados. Y es que no podemos olvidar que el impuesto, al final del día, funciona como un inhibidor en la economía. Por esta razón, algunos dentro del sector piensan que; en realidad, no se está armonizando el entorno financiero, sino que al contrario, se podría estar complejizando los procesos y desestimulando la inversión; cosa que por demás, podría perjudicar mucho más de lo que podría mejorar.

Con esto en mente, el impuesto al trading es algo que la administración Biden no puede tomar a la ligera. Vale decir que la medida aún está en discusión; sin embargo, la situación económica de la potencia del mundo, así como el sombrío recuerdo de GameStop en la bolsa, parecen crear un contexto benigno para proceder con la iniciativa.