La lira turca se desploma este jueves, llegando a nuevos mínimos históricos frente al dólar y el euro. Cotizó a 7,942 unidades frente a la moneda americana a mediados de la tarde, y a 9,342 unidades frente a la moneda europea.
A pesar del aumento en los tipos de interés de Turquía por parte del Banco Central a finales de septiembre, del 8,25% al 10,25% (una subida de 200 puntos básicos), su cotización continúa hundiéndose a nuevos mínimos históricos. Pero, ¿por qué pasa esto?
Principalmente, por los conflictos geopolíticos.
La caída de la economía turca, con la lira posicionándose en una senda bajista, se atribuye a las amenazas geopolíticas que ocurren en el país. Ankara, la capital de Turquía, participa en la amenaza de un conflicto bélico que se disputa entre dos países fronterizos: Armenia y Azerbaiyán. Ambas regiones buscando tomar el control del pequeño enclave independiente Nagorno Karabaj.
Turquía cuenta con un posicionamiento casi inflexible a favor de Azerbaiyán en este conflicto. Sin embargo, no es la única problemática en la que se ven envueltos.
Desde 2018, Estados Unidos ha presentado distintos proyectos de ley diseñados para que el gobierno turco cancele la compra de los misiles rusos S-400. Sin embargo, Turquía hizo caso omiso a dichos proyectos. Aún planean probar los misiles.
Esto ha ocasionado tensión entre las dos naciones, Washington amenazando al territorio con sanciones. Cabe destacar que tanto EE.UU. como el resto de los aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) de Ankara se oponen rotundamente a la prueba de los S-400. Por supuesto, estas sanciones puede que hagan que la lira se desplome aún más.
Por su parte, el Departamento de Estado se pronunció ante la situación:
«Estamos profundamente preocupados por los informes de que Turquía continúa sus esfuerzos para poner en funcionamiento el S-400. Seguimos recalcando a los más altos cargos que la transacción del S-400 sigue siendo un gran obstáculo en la relación bilateral y en la OTAN, así como un riesgo de posibles sanciones».
Esta no es la única vez en la que las tensiones con Estados Unidos contribuyen a la caída de la lira. En la recesión de Turquía en 2018 también ocurrió. Hoy en día, el país se ve envuelto en nuevos conflictos. Mientras se enfrenta a un déficit de cuenta corriente, inflación de dos dígitos y una creciente tasa de desempleo. Esto influye directamente a que la lira se desplome.
Agathe Demarais, directora del sistema global de predicción de la Economist Intelligence Unit (EIU), opina que la capital de Turquía se encuentra entre la espada y la pared ante los conflictos:
«Ankara se encuentra entre la espada y la pared y no tiene una salida fácil para ninguno de los conflictos en los que se ve envuelto por miedo a parecer débil a nivel nacional o internacional».
«Por lo tanto, hay pocas posibilidades de que Turquía trate de aliviar las tensiones en cualquiera de los conflictos en los que es un actor importante. A su vez, esto significa que puede haber más volatilidad en la lira», agrega Demarais, dejando ver que la lira puede que se desplome aún más.
Además, señala que «si el demócrata Joe Biden gana las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se esperaría que la administración adopte una postura más dura contra Turquía».
«Si Estados Unidos sigue adelante con las sanciones, es posible que se repita la crisis financiera de Turquía en 2018, lo que haría descarrilar la recuperación económica posterior al COVID-19», finalizó Demarais.
No obstante, las tensiones geopolíticas no son el único factor modificador por el que la lira turca se desploma.
Erik Meyersson, economista senior de Handelsbanken Macro Research en Estocolmo, elabora más esta declaración para CNBC:
«Los problemas financieros de Turquía son más profundos, y están relacionados con los cambios en las instituciones políticas. En otras palabras, el país se ha vuelto más autoritario (…) Los organismos económicos no son independientes ni autónomos en el establecimiento de una política económica más amplia. Por ello, se centran demasiado en el crecimiento a corto plazo, impulsado por el crédito, en lugar de hacer esfuerzos más estructurales para aumentar el crecimiento a largo plazo».
Mahfi Egilmez, ex alto cargo del Ministerio de Economía turco, también cree que la caída de la lira tiene causas más estructurales:
«El Banco Central no es independiente. Nuestras relaciones internacionales no son buenas: tenemos problemas con todos los vecinos, con la Unión Europea y con Estados Unidos», afirmó.
«No hay Estado de derecho y crecen los problemas en el ámbito de libertad de expresión y de prensa. Tenemos un gran problema de transparencia. No confían en nosotros, y los (inversores) extranjeros ven eso y se retiran», asegura el analista. La lira se desploma, pero esto infiriere que su declive se acentuará aún más.
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