miércoles, noviembre 6, 2024

Según científicos, el COVID-19 es una sindemia, no una pandemia

Andrea Paz
Andrea Paz
"Futura Internacionalista y melómana entusiasta, interesada en el descubrimiento de tendencias innovadoras orientadas al desarrollo social y económico".
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Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista médica británica The Lancet, asegura en una publicación reciente que el COVID-19 es una «sindemia», no una pandemia, y que debería ser tratada como tal.

Desde el pasado mes de marzo, el COVID-19 pasó de ser una epidemia a ser una pandemia, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) avalando el término. Sin embargo, diversos médicos y científicos consideran que el virus debe ser acuñado como una sindemia. Pero, ¿qué significa exactamente?

¿Qué es una sindemia?

El término fue acuñado por primera vez, a mediados de los años 90, por Merril Singer, antropólogo médico estadounidense. Luego, en el 2009, desarrolla aún más la definición en su libro «Introduction to syndemics».

Según él, una sindemia se da cuando dos o más enfermedades interactúan entre sí y aumentan el daño que causarían individualmente.

En cambio, una pandemia es una epidemia que ha afectado a varios países o continentes, pudiendo llegar a extenderse por todo el mundo. Básicamente, una sindemia es una epidemia sinérgica.

Las sindemias se estudian desde una perspectiva distinta a las pandemias, ya que las primeras se desarrollan, según Singer, bajo inequidad sanitaria causada por problemáticas sociales como la pobreza, el estrés o la violencia estructural. Por ende, se ve la interacción de la enfermedad con sus fuerzas sociales.

Horton: «El COVID-19 interactúa con enfermedades no transmisibles»

Horton considera que el COVID-19 cae dentro de esta definición ya que interactúa con otras enfermedades no transmisibles. Como el cáncer, la diabetes, problemas cardíacos y otras. Además, haciéndolo en contextos sociales caracterizados por las problemáticas anteriormente mencionadas.

«Dos categorías de enfermedades están interactuando dentro de poblaciones específicas: la infección por el Coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) y una serie de enfermedades no transmisibles (ENT). Estas condiciones se están agrupando dentro de grupos sociales según patrones de desigualdad profundamente arraigados en nuestras sociedades», señala el reconocido editor, recalcando que el Coronavirus es, en efecto, una sindemia.

Horton afirma que la unión de las enfermedades no transmisibles con el contexto de disparidad social y económica aumenta los efectos adversos de cada una de ellas, requiriendo que cambiemos de enfoque en cuanto al tratamiento del virus.

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Horton asegura que el COVID-19 se propensa en comunidades con una desigualdad social profundamente arraigada, potenciándose con las ENT.

Pero, si el Coronavirus no es una pandemia… ¿Cómo se trata?

Se deben abordar las problemáticas sociales y las ENT para combatir el COVID-19 efectivamente

El propio Merril Singer apoyó la etiqueta de «sindemia» para el COVID-19, exponiendo que «se ve un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas», y que «tenemos que abordar los factores estructurales que hacen que a los pobres les resulte más difícil acceder a la salud o a una dieta adecuada».

En vez de atacar el virus en sí, según los expertos, se deben atacar las problemáticas sociales que lo propensa.

«Si realmente queremos acabar con esta pandemia cuyos efectos han sido devastadores en la gente, en la salud, en la economía, o con futuras pandemias de enfermedades, la lección es que tenemos que abordar las condiciones subyacentes que hacen posible una sindemia», agrega Singer.

Horton, por su parte, cree que aunque los gobiernos distribuyan una vacuna efectiva, la búsqueda de una solución netamente biomédica para el COVID-19 fracasará. Considera que se debe tratar, primero, las ENT. Para luego estudiar la vulnerabilidad de los adultos mayores, las comunidades marginadas y los sectores desfavorecidos tanto económica como socialmente.

«A menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente al COVID-19», continúa Horton.

Concluye su publicación afirmando que «acercarse a COVID-19 como una sindemia invitará a una visión más amplia. Una que abarque la educación, el empleo, la vivienda, la alimentación y el medio ambiente. Ver COVID-19 sólo como una pandemia excluye un prospecto más amplio pero necesario».

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